DIARIO.COM.MX
“A menos de que usted no tenga entrañas, ¿comprende que las armas se utilizaron para matar gente?”, dijo el juez a Aurelia Ochoa Hernández y otros coacusados al sentenciarlos por comprar equipo en Estados Unidos para el Cártel de “Los Zetas”.
En el proceso, llevado a cabo en Austin, Texas, el juez de Distrito Lee Yeakel refirió que Ochoa traía las armas a nuestro país, donde las entregaba a Juan Carlos Ramírez Zúñiga, miembro de “Los Zetas”.
También se supo que ella compró armas a través de sus hijos José Lira y Pedro Tovar, quienes pagaron a otros para que compraran armas en las tiendas de Texas o ferias, para luego hacerlas automáticas y traerlas a nuestro país envueltas en alfombras en el piso de jaulas donde trasladaban perros.
En total son 21 personas acusadas, entre las cuales se encuentran nietos de Ochoa. Algunos de los compradores fueron condenados a libertad condicional.
Hernández tiene un largo historia criminal que incluye condenas por soborno, el robo en propiedad ajena y contrabando de inmigrantes, de acuerdo con la acusación.
Ella conoció a Ramírez Zúñiga en México en 2010, y pronto comenzaron a “trabajar” juntos en el contrabando de armas a México, explicó el fiscal Mark Lane.
Para ello, Hernández organizó un “matrimonio simulado” entre su hija, que es ciudadana estadounidense y Ramírez Zúñiga, para que éste pudiera viajar libremente por territorio de Estados Unidos.
Así, fue condenada a 30 años de prisión.
“A menos de que usted no tenga entrañas, ¿comprende que las armas se utilizaron para matar gente?”, dijo el juez a Aurelia Ochoa Hernández y otros coacusados al sentenciarlos por comprar equipo en Estados Unidos para el Cártel de “Los Zetas”.
En el proceso, llevado a cabo en Austin, Texas, el juez de Distrito Lee Yeakel refirió que Ochoa traía las armas a nuestro país, donde las entregaba a Juan Carlos Ramírez Zúñiga, miembro de “Los Zetas”.
También se supo que ella compró armas a través de sus hijos José Lira y Pedro Tovar, quienes pagaron a otros para que compraran armas en las tiendas de Texas o ferias, para luego hacerlas automáticas y traerlas a nuestro país envueltas en alfombras en el piso de jaulas donde trasladaban perros.
En total son 21 personas acusadas, entre las cuales se encuentran nietos de Ochoa. Algunos de los compradores fueron condenados a libertad condicional.
Hernández tiene un largo historia criminal que incluye condenas por soborno, el robo en propiedad ajena y contrabando de inmigrantes, de acuerdo con la acusación.
Ella conoció a Ramírez Zúñiga en México en 2010, y pronto comenzaron a “trabajar” juntos en el contrabando de armas a México, explicó el fiscal Mark Lane.
Para ello, Hernández organizó un “matrimonio simulado” entre su hija, que es ciudadana estadounidense y Ramírez Zúñiga, para que éste pudiera viajar libremente por territorio de Estados Unidos.
Así, fue condenada a 30 años de prisión.
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