lunes, 15 de agosto de 2011

Bullying, en escuelas privadas

EL DIARIO


Distrito Federal– El acoso consistente y la violencia entre iguales se experimentan tanto en planteles escolares públicos como privados, pero mientras en los primeros son los varones quienes lo ejercen mayoritariamente, en los segundos lo hacen las mujeres.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia determinó que en muchas escuelas en México –que destaca por casos de bullying según la OCDE- discriminan a los pobres, los indígenas, los habitantes del campo, las madres adolescentes, a los que tienen alguna discapacidad o problemas de aprendizaje.

Y esto se confirma con un estudio realizado por Francisco de Zataráin, presidente de la Fundación Contra el Bullying AC, que mediante la aplicación del software denominado The Peacemakers, permite identificar los casos de acoso y obtener estadísticas del fenómeno por salón de clases, lo que ha hecho posible establecer estas diferencias, además de detectar casos de acoso en planteles privados, es decir de paga.

Después de aplicarse en alrededor de 100 escuelas, tanto públicas como privadas, este programa ha dejado saber que mientras en los planteles de Gobierno el acoso y agresión tienen que ver con la pertenencia a un grupo de barrio o con ser novio de la chica más guapa, en los de paga están relacionadas con la posición económica.

En los colegios privados los niños, pero principalmente las niñas, molestan a sus iguales por la marca de ropa, si tienen dinero, si salen de viaje en vacaciones o los lugares que visitan.

Despertando conciencias

Decenas de estudiantes se congregan en el auditorio del plantel. Pertenecen al nivel primaria del Instituto Técnico y Cultural (ITyC). Están ansiosos porque se les hablará sobre bullying, al igual que a sus compañeros de bachillerato y secundaria.

Francisco de Zataráin les detalla las características del acoso escolar y define el perfil de la víctima, del abusador, del peacemaker y del renegado.

Ríen, voltean a verse unos a otros y cuchichean, han comenzado a identificarse y ésta sólo es la plática preparatoria para la aplicación del software.

De Zataráin asegura que por sus características, la sola plática introductoria genera conciencia entre los estudiantes y les hace cambiar la forma en que se relacionan.

Él les explica cómo funciona el programa y cómo al estar frente a una computadora verán fotografías de sus compañeros de grupo y tendrán la posibilidad de definir, de forma individual, quién ejerce violencia, es pacificador o peacemaker, víctima y renegado.

Varias niñas son calificadas como agresoras en un proceso que dura sólo cinco minutos y que genera información que es entregada a los directivos de los planteles para que trabajen con su población mediante el manual.

Al llegar a la sesión de preguntas, algunas niñas levantan la mano. La plática les ha hecho mella y cuestionan sin temor: ¿y si fuiste agresor y quieres cambiar? ¿Puedes votar por ti mismo? ¿La víctima también puede ser agresor?

Zataráin asegura que por sus características, la sola plática sobre el bullying genera conciencia entre los estudiantes y les hace cambiar la forma en que se relacionan.

El “bullying”, según De Zataráin, no sólo es la broma o burla, sino un acto constante que hace sentir a una persona como basura, por eso como parte del programa se les entrega un ejemplar del “Manual contra Bullying” para que aprendan a defenderse de sus pares, primos e incluso de sus padres. Para él, el agresor genera las estrategias de control, pero no quiere decir que es el que ejerce la violencia, pues puede enviar a alguien a hacerlo.

La mayor apuesta del programa, dice, es proteger al individuo y no esperar que padres o autoridades hagan algo, sino que los estudiantes sepan defenderse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario