EL HERALDO
Atotonilco de Tula, Hgo.- Las diferencias entre panistas y perredistas traspasó las paredes del Cabildo y el acalde Edgar Reyes, en un intento por librarse del yugo del síndico jurídico de extracción panista, Salvador Miranda, trató de obligar a los munícipes a sesionar de manera pública bajo el escrutinio de la población, pero para evitar el linchamiento al que inevitablemente serían sometidos, 10 de los 14 asambleístas no acudieron.
El apego entre quienes conformaron la coalición Hidalgo Nos Une para acceder a la presidencia municipal duró muy poco. Los enfrentamientos se registraron apenas días después de que obtuvieron el triunfo y se intensificaron cuando el alcalde, de ascendencia perredista, conformó su equipo de trabajo y les dio muy pocos espacios en la administración municipal y todos ellos de bajo nivel.
El síndico Hacendario, Salvador Miranda, una y otra vez expuso lo que consideró eran pifias del alcalde y éste no salió a contestar las afrentas, pero una vez que la mayoría de los regidores, diez para ser exactos, hicieron un bloque con el Síndico y no había posibilidad de que le aprobaran el presupuesto de egresos como quería, el presidente municipal se le enfrentó abiertamente.
El alcalde declaró en receso la última sesión de Cabildo, celebrada el pasado viernes, con el argumento de que no estaba de acuerdo en que los munícipes la declaran "cerrada" para evitar el ingreso de los medios de comunicación y de esta manera propusieran un aumento a la dieta del 100 por ciento, con lo cual los regidores pasarían de ganar 21 mil pesos mensuales a 45 mil pesos y el síndico de 22 mil pesos a 55 mil pesos y dio aviso a sus correligionarios quienes de inmediato se apostaron en el cabildo exigiendo una sesión pública para frenar el abuso.
El apego entre quienes conformaron la coalición Hidalgo Nos Une para acceder a la presidencia municipal duró muy poco. Los enfrentamientos se registraron apenas días después de que obtuvieron el triunfo y se intensificaron cuando el alcalde, de ascendencia perredista, conformó su equipo de trabajo y les dio muy pocos espacios en la administración municipal y todos ellos de bajo nivel.
El síndico Hacendario, Salvador Miranda, una y otra vez expuso lo que consideró eran pifias del alcalde y éste no salió a contestar las afrentas, pero una vez que la mayoría de los regidores, diez para ser exactos, hicieron un bloque con el Síndico y no había posibilidad de que le aprobaran el presupuesto de egresos como quería, el presidente municipal se le enfrentó abiertamente.
El alcalde declaró en receso la última sesión de Cabildo, celebrada el pasado viernes, con el argumento de que no estaba de acuerdo en que los munícipes la declaran "cerrada" para evitar el ingreso de los medios de comunicación y de esta manera propusieran un aumento a la dieta del 100 por ciento, con lo cual los regidores pasarían de ganar 21 mil pesos mensuales a 45 mil pesos y el síndico de 22 mil pesos a 55 mil pesos y dio aviso a sus correligionarios quienes de inmediato se apostaron en el cabildo exigiendo una sesión pública para frenar el abuso.
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