
Rubisel Gómez Nigenda es el tercero de su familia en ocupar el cargo de Patrón de los Parachicos, nombramiento honorario y vitalicio, que simboliza el respeto de la población a las autoridades tradicionales en el municipio de Chiapa de Corzo, ubicado a unos 15 kilómetros de la capital de Chiapas.
Su desempeño es primordial en este lugar, habitado por mestizos descendientes de los indígenas de la etnia Chiapa y sus conquistadores españoles, donde este 15 de enero inicia la Fiesta Grande, o Fiesta de los Parachicos, celebración reconocida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (Unesco) como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
Esta celebración es "el reforzamiento de una herencia compartida, de identidad colectiva y la reconstrucción de lazos sociales", dice Katherine Grigsby, representante de la Unesco en México.
El reconocimiento se justifica en el hecho de que a partir de este domingo, y hasta que terminen las celebraciones, el 23 de enero, el pueblo de Chiapa de Corzo –fundado en 1528- se vuelca hacia las festividades en honor a los santos católicos, herencia de los frailes dominicos que llegaron a este lugar durante la conquista española.
A lo largo de estos nueve días, en Chiapa de Corzo se suspenden las clases y toda actividad distinta a abastecer de servicios básicos a la población.
Niños, jóvenes y adultos participan de lleno en la fiesta, que comprende desde celebraciones religiosas, comidas colectivas, y una especie de carnaval donde personifican a los habitantes de la ciudad durante la conquista.
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