sábado, 21 de enero de 2012

Diputados mexicanos son los que menos trabajan y ganan más en Latinoamérica

CNNMEXICO
Los legisladores mexicanos son los mejor pagados de toda América Latina después de los brasileños, pero los que menos trabajan y resultados aportan, esto es, sólo 195 al año, según un artículo del semanario financiero londinense The Economist.

Los legisladores mexicanos se sientan sólo 195 días al año, la menor cantidad entre los países más grandes de América Latina, pero con salarios de 11 mil 200 dólares mensuales, los más altos sólo después de Brasil, asegura la revista financiera.

Esto, aun cuando en los últimos seis años diputados y senadores se han caracterizado por su negativa a aprobar reformas cruciales para el país, lo cual contrasta con esos salarios privilegiados que perciben, de 11 mil 200 dólares mensuales.

El semanario narra que "Después de una quincena de fiestas navideñas, los mexicanos volvieron a trabajar hace dos semanas. O más bien, la mayoría de ellos lo hizo. Los 500 diputados y 128 senadores terminarán sus vacaciones en febrero".

Por ejemplo, indica que "Calderón ha identificado muchos de los cuellos de botella en México, pero la mayoría de sus propuestas han fracasado en el Congreso. Una modesta reforma fiscal aprobada en 2007 sólo se facilitó a cambio de una ley electoral favorable a la oposición", refiere.

Los fracasos más sonados son iniciativas para combatir al crimen organizado, la reforma laboral, las reformas políticas, por ejemplo el retraso de 14 meses en el nombramiento de tres consejeros electorales, mientras que para elegir un ministro de la Suprema Corte de Justicia, los diputados se tardaron "sólo" 15 meses.

Víctor Lapuente, politólogo de la Universidad de Gotemburgo en Suecia, opina que: "Las rivalidades existen en cualquier democracia. Sin embargo, en América Latina, el Congreso de México se destaca como un artista malo".

Y abunda que: "Como era de esperarse, ha habido más conflictos (para lograr consensos) desde que la mayoría de un solo partido terminó en 1997. Ningún presidente ha tenido una mayoría legislativa desde entonces. Pero los líderes de Brasil se han enfrentado a peores condiciones: ni Luiz Inácio Lula da Silva, ni Fernando Henrique Cardoso controlaron más del 20 por ciento del Congreso".

Otro de los obstáculos que dificultan la operación legislativa es la complicación para formar coaliciones, "pues los congresistas están casados con sus partidos, que ningún político pueda reelegirse y que su trabajo dependa más de los jefes de partido que de los votantes, mientras que éstos no suelen dividir sus votos y sufragan por el mismo partido".

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