jueves, 20 de octubre de 2011

Gastan en México casi 100 mil millones de pesos en medicina defensiva


ELPUEBLO.COM

México.- En México se gastan casi 100 mil millones de pesos en ejercer la medicina defensiva, lo que representa 20 por ciento del presupuesto del sector salud en el país, señaló el experto en delitos sanitarios Alberto Guerrero.

En entrevista con Notimex, el director del Corporativo Jurídico Sanitario resaltó que esa cantidad representa un costo muy alto si se compara con el presupuesto que se destina cada año a las entidades federativas en materia de salud, que es de más de cinco mil millones de pesos.

El maestro en Ciencias Penales de la Universidad Tecnológica de México (Unitec) reconoció que en el país el tema de la medicina defensiva ha sido descuidado por el Sistema Nacional de Salud, en el sentido de los costos.

A ello se suma la ignorancia de los médicos que son demandados, lo que hace que caigan en manos de seudoabogados que no sólo abusan de la buena fe del demandado, sino también del demandante.

“Estamos hablando de si acumulamos el presupuesto del ISSSTE, del IMSS, de la SSA, casi 100 mil millones de pesos se van en medicina defensiva de un presupuesto total de 530 mil millones de pesos al año”, expuso el experto.

Agregó que existe mucho “coyotaje” de abogados inexpertos que se colocan afuera de los hospitales federales, de los institutos de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y Mexicano del Seguro Social (IMSS), así como de la Secretaría de Salud (SSA).

Ahí ven a personas que están llorando por el fallecimiento de un paciente o por su gravedad y se les acercan para ofrecer sus servicios para demandar al galeno que está a cargo de su familiar.

“Es un momento de carnicería emocional por la vulnerabilidad en la que está esa persona, y meterle un culpable en ese momento se arraiga (por lo que) acusa al médico como culpable y se lo llevan a un procedimiento eterno y complicado. Por eso se genera la medicina defensiva”, explicó el abogado.

Guerrero señaló que la medicina defensiva es muy cara porque una de las causas son los procedimientos que mantiene el Estado, que llegan a ser hasta de 12 años para atender casos de ese tipo, cuando hay instancias federales conciliatorias que facilitan el camino como la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed).

Una limitante y causa de que se alarguen los procesos, expuso, es que la mayoría de los abogados no se han especializado en el tema, que es el Derecho sanitario, para entender lo que es una evaluación de un acto médico.

“En primera hay que conocer la Ley General de Salud, sus ocho reglamentos y las 250 normas oficiales que hablan desde anestesia, hasta pediatría, ginecología y otras especialidades. Todo está perfectamente regulado”, indicó Jesús Alberto Guerrero Rojas.

Por eso cuando los abogados o el mismo paciente demandan sin un análisis previo de lo que ocurrió y el médico es citado, se vuelve un problema interminable, porque tampoco el sistema de administración de justicia cuenta con especialistas para valorar un acto médico.

“Esto provoca que este tipo de procedimiento se lleven hasta más de cinco años en el Ministerio Público, incluso en la Conamed se tienen asuntos que llevan 12 años en proceso”, abundó.

Respecto a ese órgano administrativo del gobierno federal aseveró que la Conamed sí funciona, es fundamental para la cuestión reglamentaria y para buscar una solución a través de acuerdos, con el fin de evitar los largos y tediosos procedimientos jurídicos.

Añadió que “en México desafortunadamente al ánimo conciliatorio no es mucho, lo que quiere el paciente o los familiares que demandaron es ver al médico crucificado”, comentó el especialista.

En 2010 la Conamed emitió 40 laudos, lo que significó que esa cantidad de médicos-pacientes hicieron un trato para que dicha instancia fuera la que los juzgara.

Asimismo se emitieron casi 600 dictamines para procuradurías y jueces, que representaron sólo 10 por ciento del total de los asuntos que se arreglan vía arbitraje, ya que el resto llegaron a la judicialización.

Indicó que cuando el médico es demandado es muy grave, pues pierde todo el espíritu de su misión de curar que se les inculca desde que son estudiantes.

La medicina defensiva surge como una respuesta de los médicos y prestadores de los servicios de salud a la judicialización de los hechos adversos que se les pueden presentar a los largo de su vida profesional.

Explicó que la mayoría de las reclamaciones en materia de atención médica tiene un camino penal o civil, así como por la vía administrativa a través de los órganos de control, como la Conamed.

Para evitar una demanda, el profesional de la salud recurre a lo que se conoce como “exacerbación terapéutica”, que es hacer una infinidad de estudios, que no serían necesarios para el paciente pero sí para satisfacer un ánimo defensivo y tener todas las evidencias con el fin de enfrentar una problemática.

La otra manera en que se ejerce la medicina defensiva es evitar la atención, es decir, cuando el paciente es quejoso y complicado, lo pasan a otros servicios para que sea atendido.

“Lo que hacen los médicos es recetar una pastilla para el dolor de cabeza y lo pasa al neurólogo y si el neurólogo detecta que le duele el estómago lo pasa al gastroenterólogo, y así sucesivamente hasta que pasan dos o tres años sin un diagnóstico”, indicó.

Ello representa un gasto catastrófico para el Estado y para el propio paciente, pero no le queda de otra al doctor, pues una denuncia ante el Ministerio Público, una queja en la Conamed o una demanda civil se convierten en procesos muy largos y costosos.

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