sábado, 14 de mayo de 2011

“Ellos no eran delincuentes”: gritan familias

MILENIO


Dos de los cinco fallecidos son trasladados a Querétaro, mientras velaban en un templo de Monterrey al resto de sus compañeros y las familias permanecían entre el dolor y la incredulidad.

Monterrey.- Mientras los cuerpos de dos de los cinco hombres asesinados el miércoles en San Nicolás fueron trasladados a Querétaro, los otros tres comenzaron a ser velados en un templo cristiano en Monterrey. Sus familiares también tenían la intención de llevarlos a aquella entidad del centro del país y sepultarlos en la tierra que los vio nacer.

El clamor de justicia volvió a hacerse presente no solamente entre los seres queridos de las víctimas, sino también entre sus vecinos, quienes los describieron como buenas personas, humildes y trabajadoras.

A temprana hora del viernes fueron trasladados a Querétaro los restos de Luis David Julián Marcial, de 16 años, y Juan Marcial Genaro, de 23, quienes habitaban en las colonias Genaro Vázquez y Fomerrey 25, respectivamente.

Por su parte, familiares y amigos se prepararon para velar en esta ciudad los cuerpos de Andrés González Ramírez, de 52 años, su hijo David González Juárez, de 20, y su yerno Jacinto Hernández Gómez, de 35.

Ellos habitaban en casas contiguas en la calle Girasol de la colonia Lomas Modelo Norte, un predio irregular en la zona norponiente.

Un templo en construcción en la misma calle, propiedad de la iglesia cristiana Sobre la Roca, serviría como capilla de velación.

Sin embargo, el propósito de la familia era que los féretros fueran llevados a un pueblo de Querétaro para ser despedidos.

Tres días después del asesinato de los cinco albañiles, sus seres queridos siguen incrédulos.

Nadie puede imaginar cómo, por qué les dieron muerte, si eran personas inocentes y ajenas a cualquier actividad delictiva.

Los familiares exigieron a las autoridades estatales aclarar la situación y limpiar la imagen de las víctimas.

“No eran delincuentes. Eran gente de trabajo y murieron de una manera por demás injusta”, expresó Anastacia Gonzáles Juárez, esposa de Jacinto.

Por su parte, Rosa Martín Domingo, esposa de David, externó su dolor y pidió al Gobierno que los apoye, pues la situación será sumamente difícil sin su marido.

“No sé qué voy a hacer, porque ya no va a estar mi esposo. El día de mañana mi hijo tendrá que estudiar, y pues simplemente ahorita necesita pañales, leche”, enfatizó.

Javier Hernández González, hijo de Jacinto, aseveró que su padre era el sustento de su casa, y de ahora en adelante no sabrán qué hacer.

El muchacho de 19 años estudia el primer semestre en la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL, además de que trabaja en un restaurante de la colonia Cumbres.

Ahora él teme que deberá abandonar sus estudios para enfocarse a ayudar a su mamá en los gastos del hogar.

Pertenecientes a una etnia otomí, los cinco hombres asesinados tenían sus raíces en la comunidad rural de Santiago Mextiticlan, Querétaro.

Aunque David, Luis y Juan nacieron en Monterrey, sus familiares mayores tenían casi tres décadas en esta ciudad.

Trabajaban en la construcción, aunque en sus inicios en esta localidad se dedicaban a la venta de pepitas de calabaza y dulces en la vía pública.

A Don Andrés le sobreviven seis hijos, todos mayores de edad. Su esposa falleció hace seis meses a causa de una grave enfermedad. Tenía 50 años.

Su yerno Jacinto dejó en la orfandad a dos jóvenes, hombre y mujer de 19 y 14 años, estudiantes de Universidad y secundaria, respectivamente.

Era el dueño de la camioneta en la que fueron baleados. Apenas tenía una semana de haber empezado a trabajar con sus familiares.

En diciembre había regresado de Estados Unidos, donde estuvo laborando por espacio de seis años ininterrumpidos.

El caso del joven David no es menos triste. Él tenía un año de casado y dejó en el desamparo a su esposa y a un bebé de tan sólo nueve meses.

Según los familiares, le gustaba el futbol y compartir todo el tiempo posible con su hijo. Su mujer lo describió como muy trabajador y hogareño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario