viernes, 16 de septiembre de 2011

Una noche en silencio contra la violencia

EL PUEBLO


San Cristobal de las Casas.- La noche cayó y desde Los Altos de Chiapas, los pueblos indígenas en lucha desde hace 17 años bajaron y marcharon junto a cientos de víctimas de la Caravana de Paz que desde hace siete días recorren los estados del sur.

Anunciaron su adhesión al Movimiento por la Paz y llamaron a la lucha para frenar la violencia que ha dejado miles de muertos, desaparecidos y pueblos desplazados en el país.

En la Plaza de la Paz, frente al atrio de la Catedral, donde hace 15 años se firmaron los Acuerdos de San Andrés —incumplidos por el gobierno mexicano, denuncian organizaciones sociales— Javier Sicilia y la Caravana de Paz encabezaron una ceremonia con motivo del Grito de Independencia, en la que llamaron al silencio como protesta nacional por la violencia.

“No hay nada que celebrar. No hay independencia. Cómo podemos hablar de ella cuando Estados Unidos libra una guerra en nuestro país que nos está matando. Y que no quieran negarla, porque por corrupción u omisión nos han llenado de armas el país”, aseguró el poeta Javier Sicilia.

La Caravana de Paz llegó “al último rincón del país, el más pobre, el más olvidado”, como lo describiera el sub comandante Marcos en 1994, al levantarse en armas el Ejército de Zapatista de Liberación Nacional. Aquí sostendrán encuentros con las organizaciones sociales de Chiapas para discutir la manera en que enfrentarán junto al Movimiento por la Paz la emergencia nacional que vive el país.

En un discurso pronunciado durante la noche del 15 de septiembre, frente a la Catedral de San Cristóbal de las Casas, Javier Sicilia criticó el “doblegamiento y subyugación” que vive México respecto a los intereses de Estados Unidos, por lo que dijo no puede celebrarse un Grito de Independencia, y lo que le queda a las miles de víctimas de la violencia, de la corrupción, de la desigualdad social y de la injusticia es el silencio.

Las organizaciones sociales de Chiapas, que desde hacía 10 años no se juntaban para marchar, anunciaron mediante un documento —firmado por todas ellas y leído en la Plaza de la Paz— su adhesión al Movimiento Nacional por la Paz.

“Para nosotros, la llegada de la caravana significa la oportunidad de encontrarnos como pueblos, comunidades y personas, para compartir nuestras experiencias en relación con la situación de violencia y muerte provocada por la guerra emprendida por el gobierno del presidente Felipe Calderón, con el pretexto del combate al crimen organizado”, denunciaron.

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