viernes, 16 de septiembre de 2011

Porras ‘levantan’ hasta la Presidencia a Peña Nieto

EL DIARIO


Toluca— A la sola invocación de su nombre, a coro, como en un estadio, la clase política local reunida en el Teatro Morelos, ovacionó a Enrique Peña Nieto, el gobernador saliente: “¡Se ve, se siente, Enrique Presidente”.

El mismo Eruviel Ávila Villegas, el mandatario entrante, en su acto de entronización descorchó la efervescencia peñista, al llamar a su antecesor, “ejemplo de liderazgo y de compromiso cumplido”. Pero sólo fue decir su nombre para que se pusieran de pie los “fans” de traje y corbata roja, ellos; de zapatillas y maquillaje abundante, ellas. Gritaban porras como niños, y una frase que de hecho fue la cereza del sexenio de Peña Nieto: “¡Enrique Presidente ¡Enrique Presidente”.

Al lado derecho de Peña Nieto, el presidente del Tribunal de Justicia, Baruch Delgado Carvajal, y enseguida, el senador Manlio Fabio Beltrones, quien precisará que su meta es la construcción del país, recuperar la confianza en el PRI.

—¡Enrique Presidente ¡Enrique Presidente—, aclama el priísmo que hace saltar el “aplausómetro”.

En ese teatro, Eruviel Ávila y Enrique Peña se abrazaron.

Un relevo a la gubernatura al estilo mexiquense: en tres tiempos que se prolongan más de 12 horas.

Primero, hay que ir al Congreso local, donde el mandatario entrante protesta el cargo; segundo, tiene lugar la celebración con los dos mil de la clase política e invitados especiales que llenan el Teatro Morelos y, tercero, la fiesta de “El Grito” a cargo del que se va y que tiene la aparición del que llega.

Es el relevo del gobernador con más poder económico y de gran relieve en el concierto político nacional, el del estado de México, que incluyó esta vez, la sazón de las últimas encuestas de aceptación de aspirantes a la Presidencia de la República, en la que Peña Nieto lidera.

Allí, en primera fila Manlio Fabio Beltrones, con la sonrisa imborrable, que responderá más tarde a los periodistas que cuál “cargada”, si todavía no hay candidato, y acota la efervescencia que como burbujas de champaña se derramó por Peña Nieto: Es el homenaje y cariño al gobernador que entrega muy buenas cuentas, y del reconocimiento a nivel nacional, dice el sonorense.

Peña Nieto es de mármol. No se mueve, sólo para sonreír y tender la mano al aire en saludo a todos.

Eruviel es un joven nervioso, que juega con los dedos como un pianista, mientras corren las horas.

—¿No le va a dar la bendición?—, pregunta un periodista al obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda.

—Esa ya se la di hace tiempo—, contesta el hombre feliz de alzacuello, entrevistado en un torbellino de fuerzas priístas que se desatan al final de la celebración en el Teatro Morelos, donde fueron, desde Humberto Moreira, carismático para las bases; Francisco Rojas, líder de la mayoría priístas en San Lázaro; Emilio Chuayffet, presidente de la Cámara de Diputados.

Pasa el rector de la UNAM, José Narro Robles, reconocido por su convocatoria a encontrar las soluciones a los problemas de seguridad del país, y merecerá un reconocimiento a su liderazgo académico y social, por parte de Eruviel Ávila, con registro en el “aplausómetro” de la reunión.

El gobernador entrante tiende la mano a la oposición, al decir que “todos somos necesarios”, que abre el tiempo para el trabajo por el estado de México, y confiesa que en sus guías políticos está Adolfo López Mateos y sus enseñanzas.

Eruviel, que también se reserva el nombre de su secretario de Gobierno, como un secreto que se cae a pedazos con el paso de las horas, y que es casi un hecho que sea, el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso, Ernesto Nemer Álvarez, ante quien rindió protesta ayer.

Para el nuevo gobernador, por delante lo que hay son retos. Cien días de abrir camino. Y empieza este viernes a las siete de la mañana con una gira a Cuautitlán, con damnificados de inundaciones.

Para la clase política, lo que sigue, ya está dicho.

Reaparece Arturo Montiel

Tras seis años de ausencia de la entidad mexiquense, Arturo Montiel Rojas, ex gobernador del estado de México, acusado de enriquecimiento inexplicable durante su administración, reapareció en el primer evento público de la toma de protesta de Eruviel Ávila Villegas, como nuevo gobernador de la entidad en el Teatro Morelos.

Sentado en las primeras filas del recinto donde Ávila Villegas ofreció un mensaje político a sus más de dos mil invitados especiales, el ex mandatario estatal Montiel Rojas, acompañó a los ex gobernadores Alfredo Baranda, Alfredo del Mazo, Ignacio Pichardo, Emilio Chuayfet, César Camacho y Enrique Peña Nieto.

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