martes, 12 de abril de 2011

Jornada Ampliada escolar: 2 horas más de aprendizaje


UNIVERSAL


Padres de familia apoyan el modelo; los maestros están inconformes. Los niños del tercer grado del preescolar Tlacoquemécatl cantan: “one (1), two (2), three (3), four (4)…”, aprendieron a pesar de que a sus cinco años aún tienen problemas para pronunciar la erre, la ele o la ese.

Este nuevo modelo educativo de la Secretaría de Educación Pública (SEP) es el programa de Jornada Ampliada que implica extender dos horas diarias las clases para que los niños aprendan nuevas asignaturas: inglés, computación y educación artística.

Los papás están satisfechos con esta opción educativa que se ofrece por ahora en 660 planteles de preescolar y primaria del DF, porque con el horario ampliado pueden cumplir con su trabajo, además de que los niños aprenden nuevas materias. Incluso les representa ahorros, como lo cuenta la señora Ivonne quien dejó de pagar mil 500 pesos mensuales en la estancia en la que cuidaban a la pequeña Isis, mientras ella salía de su trabajo.

Pero las inconformidades surgen entre los maestros. La SEP reporta que tres de cada 10 maestros que laboraban en las escuelas seleccionadas para este programa solicitaron su cambio a otro plantel o de actividad dentro del sistema educativo.

Otros docentes manifiestan su oposición porque a cambio de las dos horas adicionales de trabajo por día, sólo obtienen un “estímulo y no un salario indexado a prestaciones”. En tanto que los que tienen doble plaza temen perder una, señala Francisco Bravo, dirigente de la sección 9 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

Apuesta pública

“El objetivo es lograr que los niños tengan un primer acercamiento con el idioma inglés y mayor uso de las tecnologías, que les permita desarrollar competencias de lenguaje escrito o mayor conocimiento”, establecen los “Lineamientos para la Operación del Programa de Jornada Ampliada en Educación Preescolar, sin servicio de ingesta”, de la SEP.

A diferencia del programa de Escuelas de Tiempo Completo, en las que los niños acuden ocho horas al día y se les brinda el servicio de comedor, en el de Jornada Ampliada se extienden el horario de clases para incorporar tres nuevas asignaturas: inglés, computación y las actividades físico-artísticas, distinguen los documentos de reglas de operación de ambos programas.

El propósito es que en las escuelas públicas se ofrezca “una educación integral que equilibre la formación de valores ciudadanos, el desarrollo de competencias y la adquisición de conocimientos”, precisan.

Las escuelas de Jornada Ampliada han sido seleccionadas por la SEP en función de las condiciones de infraestructura para que los niños permanezcan seis horas por día; pero también a partir de la voluntad expresada por los directores y maestros de cada plantel para participar; así como de la “disponibilidad presupuestal”, tanto para el pago de servicios personales como de apoyo a equipamiento y dotación de material didáctico, se desprende del Acuerdo secretarial 475.

¡Leven anclas!

Cada mañana hasta el preescolar Tlacoquemécatl —cuya fachada da la imagen de un colorido barco a punto de zarpar, en medio de un conjunto habitacional— llegan 123 niños que se distribuyen en cinco grupos.

En las primeras cuatro horas, las maestras se dedican a cubrir el programa de estudios habitual: enseñan a dibujar, iluminar, a que los niños conozcan su espacio y tiempo; a distinguir colores y a desarrollar su madurez, seguridad, la motricidad de su cuerpo y las bases del esquema de lecto-escritura occidental, es decir, que aprendan que para leer se inicia de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo.

Después del recreo los niños son canalizados al salón de usos múltiples, donde realizan actividades físicas o bien toman clases de música y aprenden a bailar.

En el área de comedor aprenden a preparar alguna colación con la idea de “generar la cultura de la buena alimentación”, relata la directora del preescolar, Carolina Gallegos.

En el salón multimedios frente a una computadora está la pequeña Johana, a quien apenas se le entiende cuando dice que “lee” el cuento de Trucas.

En la pantalla de la computadora no hay letras, sólo un dragón verde que se devora a un pequeño animal.


La maestra Anayantzin Arredondo es quien desde su computadora da lectura al libro digitalizado y que guarda en su biblioteca virtual. “Es una forma de acercarlos a las nuevas tecnologías y a la lectura”, explica la maestra antes de que el recorrido siga bajo la guía de la directora, ahora por el tercer piso, en donde se encuentra el área de juegos. Terminó la clase de física y el recreo concluyó hace un rato.


A punto de que la directora abra la puerta para que los padres de familia lleguen por sus hijos, Claudia Elena Martínez, la supervisora de esa zona escolar 228, afirma que ésta es la “nueva apuesta de la escuela pública”.


Para el próximo ciclo escolar, Luis Ignacio Sánchez, titular de la Administración Federal de Servicios Educativos en el DF de la SEP, prevé que el número de planteles se duplicará, al convertir entre mil y mil 500 escuelas más de preescolar, primaria y también de secundaria. El funcionario agrega que las escuelas


seleccionadas, hasta ahora, sólo impartían clases en el turno matutino; pero al extender el programa a las escuelas donde también hay clases por las tardes, la Jornada Ampliada se modificará. Ahí habrá sólo una hora de clase adicional por día. Lo mismo se ajusta el horario y distribución de materias o actividades, dice. Hay ventajas, pero...

Carolina Gallegos Ríos, directora del preescolar Tlacoquemécatl de la colonia Narvarte, considera que los padres de familia, son “los más contentos” porque las dos horas más de clases que toman al día los niños hacen que puedan aprender inglés, computación y a desarrollar sus capacidades artísticas y físicas. Los niños ingresan ahora a este preescolar a las 8:30 de la mañana y salen a las 2:30 de la tarde.

El papá del pequeño Emiliano ratifica la postura de la directora, puesto que en esas dos horas adicionales en las que su hijo está en la escuela, les permiten —a él y a su esposa— cumplir con sus horarios de trabajo. Así “podemos venir por el niño a la hora de la comida. Ya no tenemos que pedir permiso o salirnos (de la oficina)”.

Frente al portón de una de las primarias de la colonia San Rafael, la señora Ivonne dice que este horario reduce “los motivos de conflicto” con su jefe, por “los permisos que tenía que pedir para recoger a la niña”.

Desde agosto la señora dejó de erogar mil 500 pesos mensuales para que Isis estuviera en una estancia durante cinco horas todas las tardes.

“Me parece que (el programa) es bueno porque ahora (los estudiantes) tienen dos materias más que son inglés y computación”. Ahora “es poco el tiempo que está conmigo en el trabajo (sentada junto al lugar que Ivonne ocupa en una oficina)”.

Aún con los cambios en la escuela pública, Eduardo Santillán, quien es padre de familia de dos niños, considera que la escuela particular sigue siendo la mejor oferta para sus hijos. Desde hace casi un año se quedó sin empleo y ello provocó la migración de ambos niños a la escuela pública.

Desde agosto acuden a una primaria de Jornada Ampliada en la delegación Cuauthémoc en donde “recuperaron las clases de inglés y computación”.

“Pero no es lo mismo, aquí van un poquito más atrasados”, asegura. Él confía que en cuanto cambie su situación económica reintegrará a sus hijos a la escuela particular. Reclamos laborales

Francisco Bravo, dirigente de la CNTE, asegura que no hay oposición a “que se mejore la educación o a que haya nuevos modelos educativos sino a (que se violen) las condiciones laborales de los maestros”.

“Lo que están haciendo es violar los derechos laborales de los trabajadores, al no otorgar los ingresos y que impacten en derechos como la antigüedad”, explica el líder de la coordinadora.

Los maestros que tienen dos plazas “ven una amenaza (el programa porque temen) que se les cancele una de ellas y se queden con un salario”, afirma el sindicalista.

La maestra Silvia, con 30 años de experiencia en escuela pública, dice que “no hay una compensación justa”.

En otra de las primarias de la delegación Cuauhtémoc, la maestra comenta: “A quienes se manifiestan inconformes, les puedo decir que defiendan su doble turno y a los padres de familia que se benefician con este modelo les digo que dejen de ver a la escuela como guardería”.

Los maestros “tienen la razón”, reconoce Luis Ignacio Sánchez, titular de la Administración Federal de Servicios Educativos en el DF de la SEP.

“La compensación que sacamos no tiene impacto en sus derechos laborales, pero también hay que decir que por ahora significa que los profesores de esas escuelas reciben 40% más ingresos que antes”, agrega el funcionario.

La “compensación económica” que fijó el lineamiento emitido por la Secretaría de Educación Pública, al inicio del programa en el año 2009 para el personal de apoyo y docente por las cinco o 10 horas adicionales de trabajo, —según su categoría y su puesto— fue de 814.60 pesos para los asistentes; de 3 mil 386 pesos para las maestras de jardín de niños; y, de 3 mil 901 pesos para los directores.

Quedaron excluidos de la “compensación” económica quienes “tengan plaza de enlace o mando; perciban sus remuneraciones con cargo a la partida de honorarios; y, los que no presten sus servicios en las escuelas de Jornada Ampliada”, precisa.

En esos planteles los maestros firman una “carta compromiso” la cual dice que la compensación “no se considera para ningún pago asociado con mi plaza, antigüedad en el servicio, desarrollo profesional o cualquier otro que corresponda por causa distinta al desempeño de la jornada adicional”.

Como consecuencia, al presentar el Pliego General de Demandas del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), da a conocer el funcionario, la organización incluyó “la regularización de 11 mil 600 maestros” que participan en este programa.

Es decir, que se reconozca y tenga impacto en los capítulos de antigüedad, prima vacacional y otras prestaciones salariales.

Plazas irregulares

Luis Ignacio Sánchez también reconoce que durante el arranque del nuevo programa tuvieron que reubicar a otros 6 mil 500 maestros.

Esto es 36% de los maestros adscritos a los planteles en donde se aplica la Jornada Ampliada. Ellos tienen una doble plaza o bien, no aceptaron el nuevo modelo, señala.

“A ninguno se le corrió ni se le quitó derechos” sólo se les trasladó a otros planteles o a otras funciones, afirma el administrador de Servicios Educativos en la capital del país.

Una vez que las actividades en la escuela Tlacoquemécatl concluyeron, la maestra de inglés, Nayel Huerta cuenta que hasta ahora acumula 16 años de experiencia dando clases en escuelas privadas y que en el verano del año pasado decidió buscar una plaza en las escuelas públicas.



Desde entonces ha podido acreditar que es licenciada en Pedagogía, obtuvo la cédula profesional que así lo avala y durante el último año ha presentado varios exámenes, entre ellos, el Test of English as a Foreign Language (TOEFL) para acreditar sus conocimientos y con ello obtener la plaza de maestra de inglés. Solo que hasta ahora lo único que ha logrado Nayel es un “interinato”. Su rostro refleja un gesto de inconformidad mientras su cabeza se mueve hacia un costado y sus hombros se elevan, teniendo como testigo la mirada de la directora del plantel. La mestra de inglés se entusiasma de inmediato y dice que seguirá buscando la titularidad.

Ella no revela su salario, pero Pedro Vázquez, dirigente de la CNTE de la Educación en el valle de México, señala que maestros como ella reciben alrededor de mil 200 pesos quincenales por 20 horas de jornada semanal. Ese salario, agrega, no está ligado a ninguna prestación (aguinaldo, antigüedad, prima vacacional o apoyo a despensa).

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