sábado, 2 de abril de 2011

AI pide a México hacer más por migrantes


EL PUEBLO


Amnistía Internacional (AI) consideró que las autoridades mexicanas deben hacer más para proteger a los miles de hombres, mujeres y niños migrantes que arriesgan sus vidas en su paso por territorio nacional, muchos de los cuales son víctimas de violaciones a sus derechos humanos, otros son asesinados y pocos de los responsables son consignados ante las autoridades.

"Nuestro mensaje a las Naciones Unidas y las autoridades de México será clara: queda mucho por hacer y de manera rápida, para proteger a los migrantes en México", sostuvo Rupert Knox, investigador del organismo internacional.

En un comunicado, Amnistía Internacional dio a conocer que informará a los miembros del Comité de la ONU para la Protección de los Trabajadores Migrantes sobre los abusos de derechos humanos que sufren en México centroamericanos en su camino hacia Estados Unidos.

Precisó que la información se proporcionará durante una reunión que se realizará los próximos 4 y 5 de abril en Ginebra, Suiza, en la que representantes de Amnistía Internacional darán datos y resultados de estudios de casos para ilustrar los abusos que sufren cada año miles de migrantes centroamericanos en México.

La información contribuirá a las consideraciones realizadas por el Comité sobre el cumplimiento de la Convención de la Naciones Unidas sobre Trabajadores Migrantes por parte del gobierno mexicano.

Amnistía Internacional insistió en que cada año miles de migrantes, principalmente de América Central son secuestrados, las mujeres violadas y, a veces las y los migrantes son asesinados en México por bandas criminales que actúan a menudo en coalición con funcionarios públicos. Muy pocos de los responsables rinden cuentas ante la justicia, dejando a los migrantes vulnerables a nuevos ataques.

La delegación de AI estará integrada por Rupert Knox; Sarah Shebbeare, Coordinadora de Campañas para México y Francesca Pizzutelli, Investigadora en Derechos de los Migrantes. Estarán acompañados por el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra, quien es activista de derechos humanos y dirige un albergue para migrantes en el estado de Oaxaca. "Debido a su trabajo, el padre Solalinde ha sido continuamente amenazado e intimidado por las bandas locales y funcionarios mexicanos".

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