MILENIO
En 2009, el saldo económico fue de 11 mil 363 millones de pesos; es decir, 2 mil 11 pesos per cápita.
El costo de la inseguridad en Puebla aumentó un 43 por ciento en los últimos años de la administración marinista. Esto significa un repunte en las pérdidas provocadas por la delincuencia de 3 mil 438 millones de pesos de acuerdo con datos de Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad AC (Icesi).
De acuerdo con el estudio “El costo de la inseguridad en México”, que dio a conocer en días pasados el organismo que encabeza Luis de la Barreda Solórzano, en 2009, el penúltimo año de la administración marinista, se estima que en Puebla el saldo económico del delito fue de 11 mil 363 millones de pesos, lo que representa un impacto per cápita del 2 mil 11 pesos, mientras que dos años antes el monto calculado fue de 7 mil 925 millones de pesos; es decir mil 431 pesos por persona.
El repunte, tomando en cuenta el indicador per cápita, ubica a Puebla con un 44 por ciento, como la cuarta entidad con la variación más alta de todo el país, superado por San Luis Potosí, donde el indicador llegó hasta el 421 por ciento; Querétaro con un repunte del 328 por ciento; y Nuevo León, en donde el incremento fue del 52 por ciento.
A nivel nacional, el costo de la inseguridad en ese año representó poco más de un billón de pesos, es decir 8.9 por ciento del PIB, y incremento nominal con respecto a 2008 fue de 23 por ciento.
El estudio revela que durante ese periodo la asignación de recursos en los mismos términos, es decir, por habitante, Puebla junto con Chiapas, Hidalgo y Veracruz apenas alcanzan niveles por debajo del promedio nacional, que fue de mil 811 pesos, y están a la zaga de lo que sucede en el Distrito Federal, que “sigue siendo la demarcación que asigna más recursos per cápita triplicando el promedio nacional”.
El documento pone de relieve que dado el bajo número de denuncias que se presentan, el costo promedio por delito que llega a la agencia del Ministerio Público es de 565 mil pesos. La investigación del organismo vinculado a la iniciativa privada a través del Consejo Coordinador Empresarial y la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), tomó como referente para hacer sus cálculos sobre el gasto privado, “comprendido como el impacto que la inseguridad tiene sobre las personas físicas o morales que son víctimas de un delito, incluidos los delincuentes que son capturados y pierden la oportunidad de tener una vida productiva”.
De igual manera, “se hizo una estimación del gasto indirecto, referido como las pérdidas económicas originadas por el temor de la gente a ser víctima de un delito; por ejemplo, como dejar de asistir al cine y otro lado, las que se producen por causa del homicidio de una persona que cumplía un rol productivo en la población”.
Explican también que “la información se obtuvo fundamentalmente de referencias oficiales como los decretos de presupuestos de egresos de la Federación y de los estados, en las cuentas públicas, en informes de gobierno, en programas operativos anuales, en anuarios del Inegi, entre otras múltiples fuentes”.
El costo de la inseguridad en Puebla aumentó un 43 por ciento en los últimos años de la administración marinista. Esto significa un repunte en las pérdidas provocadas por la delincuencia de 3 mil 438 millones de pesos de acuerdo con datos de Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad AC (Icesi).
De acuerdo con el estudio “El costo de la inseguridad en México”, que dio a conocer en días pasados el organismo que encabeza Luis de la Barreda Solórzano, en 2009, el penúltimo año de la administración marinista, se estima que en Puebla el saldo económico del delito fue de 11 mil 363 millones de pesos, lo que representa un impacto per cápita del 2 mil 11 pesos, mientras que dos años antes el monto calculado fue de 7 mil 925 millones de pesos; es decir mil 431 pesos por persona.
El repunte, tomando en cuenta el indicador per cápita, ubica a Puebla con un 44 por ciento, como la cuarta entidad con la variación más alta de todo el país, superado por San Luis Potosí, donde el indicador llegó hasta el 421 por ciento; Querétaro con un repunte del 328 por ciento; y Nuevo León, en donde el incremento fue del 52 por ciento.
A nivel nacional, el costo de la inseguridad en ese año representó poco más de un billón de pesos, es decir 8.9 por ciento del PIB, y incremento nominal con respecto a 2008 fue de 23 por ciento.
El estudio revela que durante ese periodo la asignación de recursos en los mismos términos, es decir, por habitante, Puebla junto con Chiapas, Hidalgo y Veracruz apenas alcanzan niveles por debajo del promedio nacional, que fue de mil 811 pesos, y están a la zaga de lo que sucede en el Distrito Federal, que “sigue siendo la demarcación que asigna más recursos per cápita triplicando el promedio nacional”.
El documento pone de relieve que dado el bajo número de denuncias que se presentan, el costo promedio por delito que llega a la agencia del Ministerio Público es de 565 mil pesos. La investigación del organismo vinculado a la iniciativa privada a través del Consejo Coordinador Empresarial y la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), tomó como referente para hacer sus cálculos sobre el gasto privado, “comprendido como el impacto que la inseguridad tiene sobre las personas físicas o morales que son víctimas de un delito, incluidos los delincuentes que son capturados y pierden la oportunidad de tener una vida productiva”.
De igual manera, “se hizo una estimación del gasto indirecto, referido como las pérdidas económicas originadas por el temor de la gente a ser víctima de un delito; por ejemplo, como dejar de asistir al cine y otro lado, las que se producen por causa del homicidio de una persona que cumplía un rol productivo en la población”.
Explican también que “la información se obtuvo fundamentalmente de referencias oficiales como los decretos de presupuestos de egresos de la Federación y de los estados, en las cuentas públicas, en informes de gobierno, en programas operativos anuales, en anuarios del Inegi, entre otras múltiples fuentes”.
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