miércoles, 15 de junio de 2011

Robo de cadáveres: una estrategia del crimen para intimidar

CNNMEXICO
MONTERREY — Pablo César Martínez, apodado Pablote, cuidaba la entrada del Café Iguana como hacía desde casi 16 años en uno de los bares de música rock más arraigados y conocidos de Monterrey, capital del norteño estado de Nuevo León, cuando un grupo de personas armadas empezó a disparar a quemarropa.

Pablo se desempeñaba como jefe de seguridad del establecimiento y murió de los impactos de bala la madrugada del pasado 22 de mayo, junto con Gerardo Fermín Sánchez, un guardia del café, y dos civiles más que no fueron identificados.

Paramédicos de la Cruz Roja metropolitana acudieron al lugar, ubicado en el Barrio Antiguo, una zona del centro de Monterrey donde abundan antros y bares. Justo después de que el personal médico declarara la muerte de los cuatro y ante la presencia de ocho policías preventivos de Monterrey, un grupo armado llegó a la escena del crimen y se llevó los cuerpos de Pablo y de los dos civiles sin identificar.

Sus cuerpos desaparecieron. Pablo estaba casado y tenía dos hijos pequeños, en junio cumpliría 16 años al servicio del negocio y, por esa razón, era considerado entre la comunidad rockera de Monterrey como un símbolo del Café Iguana.

La tarde del 22 de mayo, el vocero de Seguridad de Nuevo León, Jorge Domene Zambrano, sólo reconoció públicamente la muerte de Sánchez, el guardia que cayó esa misma noche, porque aseguró que no había pruebas físicas que determinaran la muerte de los demás.

El suceso continuó un fenómeno que se ha presentado en Nuevo León desde 2010 y que empezó a ser más visible con la breve desaparición del cadáver del animador de televisión local, José Luis Cerda Martínez, La Gata, en marzo pasado.

“Es una estrategia para evidenciar a las autoridades que no tienen el tiempo para llegar adonde está el problema. La delincuencia tiene inteligencia y organización, mientras que las autoridades actúan de manera reactiva y no proactiva”, dice Alicia Villarreal González, ex funcionaria federal con casi 26 años de experiencia en temas de seguridad pública y privada.

La ex funcionaria del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) y ex directora de Aplicación a la Normatividad de 1999 a 2001 de la extinta Policía Federal Preventiva (PFP) explica que los caídos no necesariamente están involucrados con el crimen organizado, sino que en ocasiones los delincuentes roban los cuerpos para demostrar fuerza y capacidad a sus rivales.

“Es para manifestar su autoridad, el poder que tienen sobre los cuerpos policiacos o sobre la sociedad, llevándose a los caídos. Eso incrementa el sentido de inseguridad y temor en los ciudadanos”, sostiene por su cuenta Jesús Castillo López, psicólogo social y presidente de la Asociación de Psicólogos Profesionales de Nuevo León.

El Café Iguana fue inaugurado por Rodrigo Ríos, actual dueño del negocio, y dos socios más el 9 de mayo de 1991. Inició como una galería de arte alternativa, hasta que en 1995 se convirtió en un antro de rock.

Desde la muerte de Pablo, Ríos anunció el cierre indefinido del lugar. Su muerte llegó a poco más de dos semanas de que el Café Iguana celebrara sus 20 años con una serie de 14 eventos gratuitos, que incluirían conciertos de bandas de rock que se dieron a conocer en el bar.

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