martes, 28 de junio de 2011

Más jóvenes y violencia en el narcotráfico mexicano

CNNMEXICO

El féretro de madera donde está el cuerpo de Diego Armando, de 16 años, ocupa casi la mitad de la estancia principal de la pequeña casa ubicada en la colonia El Colli, un barrio de obreros y comerciantes ubicado en el municipio de Zapopan, en la zona metropolitana de Guadalajara, Jalisco.

Emma y María del Rosario, madre y abuela del joven, cuentan a CNNMéxico que el pasado sábado 28 de mayo, el chico salió de su casa para asistir a una fiesta; cinco días después apareció muerto a unas calles de su domicilio.

El cadáver estaba envuelto con cinta adhesiva, y sobre el pecho tenía una cartulina en la que se leía un mensaje de amenaza de muerte contra de un presunto delincuente apodado El Nano. En la cabeza le fue colocada una fotografía de un hombre aún no identificado.

La autopsia practicada al menor reveló que murió asfixiado por estrangulación indirecta (objeto distinto a las manos) y su cuerpo tenía evidencias de lesiones intimidatorias en el tórax, dijo a CNNMéxico Eduardo Mota Fonseca, coordinador operativo del Servicio Médico Forense de Jalisco.

El adolescente, junto con otro joven de 20 años, fueron privados de su libertad tras asistir a una fiesta, según las primeras investigaciones de la fiscalía estatal.

Sus familiares presentaron denuncias por desaparición ante la procuraduría de Jalisco, dependencia que distribuyó carteles con la fotografía y datos de los jóvenes, pidiendo ayuda para localizarlos.

El mismo día que Diego Armando apareció muerto, el otro joven secuestrado regresó con vida a su casa. CNNMéxico intentó hablar con él, pero un pariente cercano —que pidió el anonimato—, contó que junto con su familia, el veinteañero se mudó inmediatamente de ciudad.

"Hay muchas madres que están buscando a sus hijos, pero a casi todos los han matado... puro jovencito de 17 a 19 años", dijo entre lágrimas María del Rosario López.

La versión la confirma a CNNMéxico el encargado de la dirección de la policía municipal de Zapopan, Aldo Méndez Salgado, al informar que entre el año pasado y lo que va de éste, 21 jóvenes fueron secuestrados y luego aparecieron muertos en la colonia El Colli.

La cifra casi abarca el total de asesinatos (23) ocurridos durante el 2010 en el estado de Zacatecas o los 29 registrados en Guadalajara, capital de Jalisco.

"La mayoría de las víctimas son chicos muy jóvenes, el común denominador en todos los casos es que se trata de agresiones directas con armas de fuego, donde en ocasiones se han dejado recados en el cuerpo", precisó Pinto.

Zapopan la ciudad con mayor ingreso por habitante en Jalisco y donde se encuentran los fraccionamientos más lujosos de la entidad, pero también las colonias con mayor índice de marginación.

El presidente municipal Héctor Vielma, no atendió la petición de entrevista, para explicar la serie de crímenes registrados en Zapopan.

Los casos ocurridos en esta colonia fueron atraídos por la procuraduría estatal; sin embargo, la dependencia se negó a proporcionar información a CNNMéxico, aduciendo que los homicidios se están investigando.

El aumento de la violencia y ejecuciones entre jóvenes es un fenómenos que empezó a registrarse en varias ciudades de México, después de que los grupos delincuenciales diversificaron sus actividades y requirieron de más integrantes a quienes encontraron en las pandillas, según los análisis del gobierno y de estudiosos del tema.

Alejandro Poiré, vocero en materia de Seguridad de la presidencia de la República, informó a principios de este año que los grupos criminales pasaron del trasiego a la producción y distribución de sustancias ilegales, e incursionaron en actividades delictivas como secuestro, extorsión, trata de personas y piratería.

"Cuando los cárteles entran a una lucha como la que sostienen ahora, empieza el reclutamiento masivo de gente", dijo a CNNMéxico, Eduardo Guerrero Gutiérrez, consultor y analista de Lantia Consultores.

La integración de los jóvenes a la delincuencia organizada se da a través de grupos al servicio de los grandes cárteles (Los Zetas, La Resitencia, Jalisco Nueva Generación, La Familia Michoacana, entre otros), en una especie de outsourcing, agregó Guerrero Gutiérrez.

"No son contratados directamente por el cártel, sino por grupos a su servicio, quienes los reclutan, entrenan, pagan y si tienen potencial, los incorporan en labores de mayor responsabilidad hasta convertirlos en sicarios", precisó.

En su opinión, el reclutamiento de jóvenes ofrece ventajas a los grupos criminales, porque son ellos los que conocen mejor los círculos donde se mueve la droga al menudeo y en caso de ser detenidos, cuentan con poca información que coloque en riesgo a los cárteles.

Un ejemplo del aumento de esta violencia fue Jalisco, donde las ejecuciones se incrementaron en 119% durante el 2010, al pasar de 230 en el año 2009 a 505 el año pasado, según las estadísticas del Consejo Técnico de Seguridad de la presidencia de México.

El 35% de las víctimas eran personas entre los 16 y 40 años de edad, indica el mismo reporte.

El pasado 15 de junio, la policía de Jalisco detuvo a 10 de sus integrantes del grupo delictivo Los Zetas; en el grupo había seis mujeres, dos de ellas menores de edad de las cuales una confesó ser sicaria.

Para el coordinador de la maestría en Gestión y Desarrollo Social de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Igor González Aguirre, las faltas de oportunidades laborales y de educación para los jóvenes en Jalisco, son el caldo de cultivo que los lleva a las filas de la delincuencia organizada.

La tercera parte de la población en Jalisco son jóvenes entre 12 y 29 años de edad, un 12% no tiene acceso a la educación media superior, según el investigador de la UdeG.

"Para muchos de estos jóvenes, la salida inmediata y fácil es incorporarse al crimen organizado, que cada vez es más eficiente en sus formas de reclutamiento al utilizar herramientas como el internet", afirmó.

La base de datos de los homicidios presuntamente relacionados con la delincuencia organizada que elaboró la presidencia de México, arrojó que en el 2010 se perpetraron 15,273 asesinatos de este tipo, de los cuales 13,174 fueron catalogados como "ejecuciones".

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