martes, 21 de diciembre de 2010

La Luna, la Tierra y el Sol ofrecieron un espectáculo celestial



CNNMéxico

La luna dio un raro espectáculo entre lunes y martes, al coincidir un eclipse total de luna con el solsticio de invierno.
Durante poco más de tres horas, la Tierra se interpuso entre la luna y el sol, lo que provocó
el último oscurecimiento total del satélite terrestre en 2010 por no recibir los rayos solares.

Al ocurrir en la fecha del solsticio (el primer día de invierno en el hemisferio norte y el primer día de verano en el sur), la luna se ocultó en un punto muy alto del cielo, lo que marca el momento en que la inclinación del eje de la Tierra está más lejos del sol.

De acuerdo con el Observatorio Naval de Estados Unidos Geoff Chester, la última vez que ocurrió un episodio de este tipo fue hace 372 años, en 1638, cuando Galileo Galileo purgaba algunos días de arresto domiciliario.

El fenómeno se pudo apreciar desde América, Asia, Europa, Groenlandia e Islandia, pero el mejor punto para apreciarlo fue en las Islas Canarias -territorio español- en el océano Atlántico, pues según el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), el eclipse se apreció minutos antes del amanecer “en una alineación casi perfecta” con el Sol, informó la agencia EFE.


Según el astrólogo de Florida Brian Hill,
cada evento tiene un efecto significativo
en la gente. Un eclipse lunar, explicó, interrumpe las vibraciones que vienen de la luna y deja trabajar libremente la intuición de la gente, “lo que les permite recibir información lógica que la parte izquierda del cerebro normalmente no recibe”.

Una luna llena es la culminación de un ciclo y conlleva la idea de un fin, y el solsticio de invierno da a la gente una sensación de apartamiento, que es la misma forma en la que los animales saben que tienen que hibernar, ilustró Hill. Con Mercurio en retirada, éste es el tiempo para la reflexión y la introspección.

“Los grandes fenómenos planetarios al mismo tiempo nos invitan a detenernos y a ver lo que está ocurriendo”, dijo Hill.

La coincidencia de un eclipse y un solsticio también representan un gran evento para el astrólogo Bob Mulligan. “Con los solsticios marcamos tradicionalmente el inicio de las estaciones como puntos de partida. Las lunas llenas son momentos de gran estrés en el planeta. Un eclipse lunar es como una luna llena con esteroides; simbólicamente es un tiempo para dejar ir algo del pasado”.

El eclipse tuvo una duración total de tres horas y 28 minutos, informó la NASA, que organizó para la ocasión actividades de observación y pláticas en directo con algunos de sus científicos en su página de internet.
Los expertos indicaron que el momento más esperado, cuando la sombra de la Tierra cubrió por completo la luna, duró cerca de 72 minutos, de acuerdo con la agencia EFE.

Durante los eclipses lunares, el satélite natural de la Tierra no se oscurece, sino que toma tonalidades rojizas, ya que la atmósfera terrestre filtra la luz solar sin bloquearla completamente, explicó la NASA.
El color tomado por la luna, que va desde el naranja hasta el cobrizo o marrón se debe a que los rayos solares se descomponen al pasar por la atmósfera terrestre, filtrando las radiaciones de onda más corta de color azul y permitiendo el paso de las de onda más larga de color rojo.

Según los expertos de la NASA, a diferencia de los eclipses solares, en estos casos no hay ningún peligro en observar el fenómeno lunar a simple vista.

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