viernes, 3 de septiembre de 2010

Eran 76, no 74 víctimas, asegura sobreviviente



MILENIO
“A mis compatriotas les pido que no vengan (a México) porque Los Zetas están matando mucha gente”; Gobernación deslindó a Cecilia Romero de cualquier responsabilidad por la masacre; evalúa su labor.

México.- El ecuatoriano Luis Freddy Lala Pomavilla, uno de los dos sobrevivientes de la masacre de 72 migrantes perpetrada el pasado 24 de agosto en Tamaulipas, recomendó a sus compatriotas no viajar de forma ilegal a Estados Unidos, porque en México “Los Zetas están matando”.
En un video difundido por el canal estatal GamaTv, de Quito, el joven de 18 años precisó que no eran 74, sino 76 las víctimas de la masacre, y aseguró que los pistoleros “mataron a todos”.
En las imágenes Lala Pomavilla muestra dificultad para hablar y tiene el lado derecho del rostro cubierto con gasas, además de usar cuello ortopédico, debido a que le dispararon en el cuello, aunque el tiro salió por el maxilar.
En el video de más de cuatro minutos —grabado en un avión, al parecer de regreso a Ecuador—, el migrante insistió en que con él viajaban 76 migrantes, por lo que queda por encontrar a dos personas más.
En un mensaje dirigido a sus compatriotas, señaló: “No vengan, hay muchos malos que no dejan pasar, no vengan más. Les digo a todos que ya no viajen más porque Los Zetas están matando a mucha gente”.
Lala Pomavilla precisó que la ruta de la migración ilegal hacia Estados Unidos pasa por Honduras, Guatemala y luego a (la punta mexicana de) Santa Elena. “De ahí crucé en una lancha a México”, reveló.
Dijo que llegó a Tamaulipas el sábado 21 de agosto a las 10 de la noche. En ese punto “nos rodearon tres carros, salieron como ocho personas bien armadas; nos rodearon, nos bajaron del carro y nos metieron en otro carro”, contó.
“Nos metieron en una casa y nos amarraron de cuatro en cuatro, con la manos atadas hacia atrás. Ahí nos tuvieron una noche”, relató.
El migrante ecuatoriano, oriundo de la pequeña población de Ger, 230 kilómetros al sur de la capital, describió la matanza:
“Nos botaron boca abajo y después escuché un ruido, (escuché) que disparaban. Pensé que disparaban a un lado, pero no, escuché que disparaban a mis amigos y luego llegó (un sicario) disparando contra mí. Acabaron de disparar y se fueron. Mataron a todos”, señaló.
“Cuando se fueron esperé dos minutos, me levanté, salí de la casa y caminé toda la noche”, afirmó Lala Pomavilla.
Contó que vio una luz del alumbrado público y que cerca de allí “salieron dos hombres, pero no me quisieron ayudar. Corrí (sic) como 10 kilómetros, caminé, con dolor pidiendo auxilio, pero nadie me quiso ayudar”, añadió.
Precisó que hacia las siete de la mañana del día siguiente vio a unos elementos de la Secretaría de Marina, a quienes pidió ayuda.
Lala Pomavilla y su familia se encuentran en un programa de protección de testigos de la Fiscalía ecuatoriana.

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