EL HERALDOCiudad de México.- Lago De Guadalupe, Cuautitlán Izcalli, Méx. (OEM-Informex).- Integrantes de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) ofrecieron su respaldo "incondicional" al obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda Silva, luego de que un juez federal resolvió que hay elementos suficientes para que se gire una orden de aprehensión por presunto fraude de 130 millones de dólares.
En conferencia conjunta, los obispos Víctor René Rodríguez (auxiliar de Texcoco) y Ramón Castro (Campeche) dieron su espaldarazo a Onésimo en este escándalo que viene de años atrás y confían que tendrá las pruebas suficientes para defenderse.A unos metros, en el pleno de la XC Asamblea Plenaria de la CEM, Onésimo Cepeda ocupaba su lugar.
A diferencia del resto de 129 participantes, estaba desprovisto de su sotana y llevaba una chamarra color café. "Para la prensa no había ningún comentario", mandó decir a los reporteros. "Será en otro momento cuando platique", concluía el breve mensaje. Mientras, frente a los medios de comunicación, la respuesta sobre la situación jurídica de Onésimo fue corta de uno y otro prelado.
"Es una situación personal. Es también un hermano nuestro en el Episcopado. Estoy seguro de que tendrá los elementos jurídicos para saber defenderse, para saber aclarar y llegar a la verdad, que eso es lo que nos interesa a todos", señaló el obispo de Campeche, Ramón Castro Castro.
"Es obispo, es como hermano nuestro, lo apoyamos incondicionalmente. Pero también, creo que tiene los elementos jurídicos para seguir el procedimiento, el que tiene toda la información y el que podría darles una respuesta más amplia".Poco después de las 13:30 horas, arribó a la CEM el rector de la Basílica de Guadalupe.
Diego Monroy, quien evadió las preguntas de El Sol de México sobre el caso de Onésimo, aludiendo que no había leído las noticias".Para evitar que se le siguiera cuestionando a Monroy, un seminarista de nombre Cirilio, encargado de recibir a los visitantes, aventó las grabadoras de reporteros que seguíamos al prelado. Aunque Diego Monroy constató la agresión contra las reporteras, no dijo nada y siguió su camino.
El argumento del seminarista es que se estaba molestando al rector del templo mariano.
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