EL PUEBLO
Las jóvenes de 15 a 23 años de edad abusan del alcohol para desinhibirse y en mayor medida para expresar sentimientos y emociones como “bailar, ligar y reventarse”, indica un análisis elaborado por Centros de Integración Juvenil (CIJ).
El estudio, realizado entre estudiantes de bachillerato y educación superior, reveló que las adolescentes admiten que detrás del consumo también hay una cuestión de imagen y moda.
Las chicas consumidoras de bebidas embriagantes reconocen que se sienten que “se ven bien” o que “es fashion”, por lo que aseguran que se ven interesantes cuando ingieren alcohol.
El estudio muestra que los jóvenes, sobre todo los de bachillerato, beben con frecuencia y con una tendencia de abuso en contextos ligados a situaciones recreativas como fiestas, antros y reuniones en casas.
Las encuestadas por personal de los CIJ consideraron que el consumo de alcohol entre las
mujeres es igual en cantidad y frecuencia al de los hombres de su misma edad, pero antes se pensaba que no era así porque había que ocultarlo.
Mujeres tienen menos “aguante”
Asimismo, las mujeres creen que tienen mayor tolerancia al alcohol que los varones, pero desconocen que ellas tienen menor peso corporal, hígado más pequeño y mayor proporción de grasa que de músculo.
Esto ocasiona que ellas alcancen estados de ebriedad o intoxicación en menor tiempo que los hombres.
En tanto, las universitarias señalan que el parámetro para medir el abuso del alcohol que ingieren es “el mareo” o “ganas de vomitar” o “cuando empiezan a perder el control”.
Indicadores como esos, muestran el exceso en que incurren las mujeres, además que es difícil establecer patrones de consumo en términos de cantidad.
Algunas adolescentes y universitarias abusan de esa sustancia tóxica legal con el objetivo de competir con el sexo masculino.
Sin embargo, la resaca puede ocasionar en ellas un círculo vicioso de abuso-culpa- abuso.
Frente a esa situación, los Centros de Integración Juvenil cuentan con programas dirigidos a los jóvenes, como “Prevención del consumo excesivo de alcohol en mujeres jóvenes”, “Armando el reven” o “Si tomas, mídete. No tomes el volante”, además de que ofrece atención terapéutica en 113 unidades distribuidas en todo el país.
Según explica la página de internet de los CI J, el alcohol es una de las drogas más consumidas en nuestro país y aunque tarda unos minutos en llegar al cerebro, al hígado le lleva una hora procesar el alcohol que contiene un vaso de vino o cerveza.
Como uno de los factores de riesgo para llegar a ser consumidor, es la edad, advirtió la institución.
Esto por la necesidad de conocer y experimentar situaciones antes desconocidas.
Actualmente los jóvenes inician su consumo de alcohol más tempranamente y en mayores cantidades.
El estudio, realizado entre estudiantes de bachillerato y educación superior, reveló que las adolescentes admiten que detrás del consumo también hay una cuestión de imagen y moda.
Las chicas consumidoras de bebidas embriagantes reconocen que se sienten que “se ven bien” o que “es fashion”, por lo que aseguran que se ven interesantes cuando ingieren alcohol.
El estudio muestra que los jóvenes, sobre todo los de bachillerato, beben con frecuencia y con una tendencia de abuso en contextos ligados a situaciones recreativas como fiestas, antros y reuniones en casas.
Las encuestadas por personal de los CIJ consideraron que el consumo de alcohol entre las
mujeres es igual en cantidad y frecuencia al de los hombres de su misma edad, pero antes se pensaba que no era así porque había que ocultarlo.
Mujeres tienen menos “aguante”
Asimismo, las mujeres creen que tienen mayor tolerancia al alcohol que los varones, pero desconocen que ellas tienen menor peso corporal, hígado más pequeño y mayor proporción de grasa que de músculo.
Esto ocasiona que ellas alcancen estados de ebriedad o intoxicación en menor tiempo que los hombres.
En tanto, las universitarias señalan que el parámetro para medir el abuso del alcohol que ingieren es “el mareo” o “ganas de vomitar” o “cuando empiezan a perder el control”.
Indicadores como esos, muestran el exceso en que incurren las mujeres, además que es difícil establecer patrones de consumo en términos de cantidad.
Algunas adolescentes y universitarias abusan de esa sustancia tóxica legal con el objetivo de competir con el sexo masculino.
Sin embargo, la resaca puede ocasionar en ellas un círculo vicioso de abuso-culpa- abuso.
Frente a esa situación, los Centros de Integración Juvenil cuentan con programas dirigidos a los jóvenes, como “Prevención del consumo excesivo de alcohol en mujeres jóvenes”, “Armando el reven” o “Si tomas, mídete. No tomes el volante”, además de que ofrece atención terapéutica en 113 unidades distribuidas en todo el país.
Según explica la página de internet de los CI J, el alcohol es una de las drogas más consumidas en nuestro país y aunque tarda unos minutos en llegar al cerebro, al hígado le lleva una hora procesar el alcohol que contiene un vaso de vino o cerveza.
Como uno de los factores de riesgo para llegar a ser consumidor, es la edad, advirtió la institución.
Esto por la necesidad de conocer y experimentar situaciones antes desconocidas.
Actualmente los jóvenes inician su consumo de alcohol más tempranamente y en mayores cantidades.
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