La socióloga Sara Sefchovich considera que en el contexto actual "no hay ninguna (mujer política) que esté luchando por otras"
CIUDAD DE MÉXICO— La presencia de las mujeres en la política no es sinónimo "de que ellas estén avanzando", consideró la socióloga Sara Sefchovich. Desde la elección —en 1979, en Colima—, de una primer gobernadora hasta ahora, cuando las mujeres ocupan el 20% de las secretarías de Estado, los avances en política no se han traducido en logros tangibles para las mexicanas.
Autora del libro ¿Son mejores las mujeres?, Sefchovich explica que las mujeres no son un mismo grupo social. "Entre ellas representan muchos tipos. Somos más del 50% de la población, pero muchas no tenemos nada que ver con muchas otras". Eso es un ejemplo de cómo la construcción de un país democrático no debería ser un tema de mujeres y hombres, sino de ciudadanos trabajando por la equidad.
Para Sefchovich, tener mujeres en la política no es sinónimo "de que las mujeres estén avanzando" y agregó —sin dar nombres— que en el contexto actual "no hay ninguna que esté luchando por otras".
Actualmente, en la Cámara de Diputados el 28.3% de los legisladores son mujeres y en el Senado el 22.7%. También hay dos ministras entre los once que integran la Suprema Corte de Justicia de la Nación y tres secretarias de Estado, así como —por primera vez en la historia— una procuradora general de justicia y una titular de la Secretaría del Trabajo.
"Alguien en cuerpo de mujer no necesariamente lucha a favor de las mujeres ni tiene un pensamiento a favor de las mujeres, ni hace ninguna acción a favor de ellas. Hay muchas que han ganado espacio en la política gracias a la lucha de generaciones anteriores, pero sólo los usan para sus propios intereses", dijo la autora en entrevista con CNNMéxico.
Actualmente una mujer, Josefina Vázquez Mota, exsecretaria de Estado, aspira a gobernar México por el Partido Acción Nacional (PAN). Pese a estos avances, Sefchovich reconoce que —por tradición—, en México la esposa del presidente, conocida con el título de la primera dama, es muchas veces la mujer más destacada en el panorama político mexicano, a quien "ni le pedimos que trabaje, ni le damos un salario".
Según la autora de Las esposas de los gobernantes de México: historia de un olvido y relato de un fracaso, esta figura de ornato "no debería existir. No está en la ley y nadie ha considerado que deba estar, pero tampoco hemos hecho algo para que no exista. Entonces, si queremos que exista, tenemos que legislar y decir qué es lo que puede hacer y lo que no".
La doctora en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) aseguró que al no ser elegida democráticamente, para la esposa del presidente no es una obligación trabajar a favor de las mujeres, porque como todas las demás, "tiene derecho a luchar sólo por lo que le interesa".
En su nuevo libro, Sefchovich narra el trabajo de cuatro décadas para construir una agenda feminista en México, la cual ha ayudado a conquistar espacios en diferentes arenas, pese a que ello no se traduzca siempre en beneficios para las mexicanas.
"Una agenda feminista, un proyecto (de gobierno) feminista, tiene una idea muy concreta de que debe luchar para favorecer la equidad y la igualdad de oportunidades para la mitad de la población. Eso tiene que ver con las políticas públicas, con las leyes y con las instituciones", explicó.
Los beneficios para las mujeres gracias al feminismo deberían ser obvios, según la autora, aunque la mayoría son tan imperceptibles para las nuevas generaciones, que por eso deben ser considerados un éxito.
El primer paso para entender los logros de 40 años de feminismo en México, es que ya no es momento de pensar que todas las mujeres son iguales y tienen las mismas obligaciones. "Es necesario quitarnos esos estigmas y dejar de tener clasificaciones previas. Las mujeres no son mejores que los hombres, tampoco son peores que los hombres".
Explicó que el feminismo no es una lucha por estigmas, sino por garantizar que cualquier mujer tenga el poder de elegir qué hacer con su vida, sin condiciones ni restricciones.
CIUDAD DE MÉXICO— La presencia de las mujeres en la política no es sinónimo "de que ellas estén avanzando", consideró la socióloga Sara Sefchovich. Desde la elección —en 1979, en Colima—, de una primer gobernadora hasta ahora, cuando las mujeres ocupan el 20% de las secretarías de Estado, los avances en política no se han traducido en logros tangibles para las mexicanas.
Autora del libro ¿Son mejores las mujeres?, Sefchovich explica que las mujeres no son un mismo grupo social. "Entre ellas representan muchos tipos. Somos más del 50% de la población, pero muchas no tenemos nada que ver con muchas otras". Eso es un ejemplo de cómo la construcción de un país democrático no debería ser un tema de mujeres y hombres, sino de ciudadanos trabajando por la equidad.
Para Sefchovich, tener mujeres en la política no es sinónimo "de que las mujeres estén avanzando" y agregó —sin dar nombres— que en el contexto actual "no hay ninguna que esté luchando por otras".
Actualmente, en la Cámara de Diputados el 28.3% de los legisladores son mujeres y en el Senado el 22.7%. También hay dos ministras entre los once que integran la Suprema Corte de Justicia de la Nación y tres secretarias de Estado, así como —por primera vez en la historia— una procuradora general de justicia y una titular de la Secretaría del Trabajo.
"Alguien en cuerpo de mujer no necesariamente lucha a favor de las mujeres ni tiene un pensamiento a favor de las mujeres, ni hace ninguna acción a favor de ellas. Hay muchas que han ganado espacio en la política gracias a la lucha de generaciones anteriores, pero sólo los usan para sus propios intereses", dijo la autora en entrevista con CNNMéxico.
Actualmente una mujer, Josefina Vázquez Mota, exsecretaria de Estado, aspira a gobernar México por el Partido Acción Nacional (PAN). Pese a estos avances, Sefchovich reconoce que —por tradición—, en México la esposa del presidente, conocida con el título de la primera dama, es muchas veces la mujer más destacada en el panorama político mexicano, a quien "ni le pedimos que trabaje, ni le damos un salario".
Según la autora de Las esposas de los gobernantes de México: historia de un olvido y relato de un fracaso, esta figura de ornato "no debería existir. No está en la ley y nadie ha considerado que deba estar, pero tampoco hemos hecho algo para que no exista. Entonces, si queremos que exista, tenemos que legislar y decir qué es lo que puede hacer y lo que no".
La doctora en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) aseguró que al no ser elegida democráticamente, para la esposa del presidente no es una obligación trabajar a favor de las mujeres, porque como todas las demás, "tiene derecho a luchar sólo por lo que le interesa".
En su nuevo libro, Sefchovich narra el trabajo de cuatro décadas para construir una agenda feminista en México, la cual ha ayudado a conquistar espacios en diferentes arenas, pese a que ello no se traduzca siempre en beneficios para las mexicanas.
"Una agenda feminista, un proyecto (de gobierno) feminista, tiene una idea muy concreta de que debe luchar para favorecer la equidad y la igualdad de oportunidades para la mitad de la población. Eso tiene que ver con las políticas públicas, con las leyes y con las instituciones", explicó.
Los beneficios para las mujeres gracias al feminismo deberían ser obvios, según la autora, aunque la mayoría son tan imperceptibles para las nuevas generaciones, que por eso deben ser considerados un éxito.
El primer paso para entender los logros de 40 años de feminismo en México, es que ya no es momento de pensar que todas las mujeres son iguales y tienen las mismas obligaciones. "Es necesario quitarnos esos estigmas y dejar de tener clasificaciones previas. Las mujeres no son mejores que los hombres, tampoco son peores que los hombres".
Explicó que el feminismo no es una lucha por estigmas, sino por garantizar que cualquier mujer tenga el poder de elegir qué hacer con su vida, sin condiciones ni restricciones.
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