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CANCÚN.-Los océanos y los ecosistemas marinos capturan casi el 30% de las emisiones de dióxido de carbono emitidas en el planeta.
Sin embargo, en las negociaciones internacionales sobre las medidas para combatir y hacer frente al cambio climático, dichos ecosistemas no están contemplados como parte de los mecanismos que se buscan implementar para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Emily Pidgeon, directora del programa de cambio climático marino de la organización Conservation International (CI), explicó que actualmente en el conteo de captura de carbono de los países, no se incluye lo que atrapan los manglares, las praderas marinas y las marismas de agua salada.
Datos de CI estiman que los ecosistemas costeros captan cinco veces más CO2 que las selvas tropicales y bosques, cuya deforestación se busca frenar con el programa REDD, que está en la mesa de negociaciones de la 16 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP16).
"Hasta un 2% de los sistemas costeros se pierden y se degradan cada año, lo que equivale a una pérdida cuatro veces mayor a lo que se estima que se ha perdido en bosques tropicales", dijo Pidgeon al presentar la Iniciativa Blue Carbon, que busca concientizar sobre la importancia de los ecosistemas marinos y costeros.
"La contaminación costera, el desarrollo y la acuacultura todas están contribuyendo a la pérdida de los ecosistemas costeros. Esto resulta no sólo en la disminución de la captura de carbono y de gases de efecto invernadero, sino que su destrucción significa la emisión de cantidades significativas de CO2", explicó.
Cálculos de la organización señalan que los servicios ambientales que proveen los ecosistemas costeros del mundo suman 25,783 billones de dólares al año. A pesar de esto, actualmente se estima que el 35% de los manglares se han perdido y el 29% de las marismas de agua salada han sido destruidas.
Datos preliminares del quinto informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) estiman que el 46% de las emisiones de gases de efecto invernadero en América Latina y el Caribe provienen del cambio de uso de suelo. Esto, sin contabilizar la destrucción de ecosistemas marinos que también contribuyen a la generación de CO2.
La Iniciativa Blue Carbon busca el establecimiento de lineamientos internacionales formales como los que se contemplan en REDD que ayuden a frenar la destrucción de manglares, praderas marinas y marismas de agua salada, y que permitan contar con una medición más precisa sobre los niveles de destrucción.
Asimismo, buscan que el IPCC incluya en su quinto informe el asunto de la captación de carbono por parte de los ecosistemas marinos.
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