CNNMéxico
CIUDAD DE MÉXICO.-Para que un sistema educativo pase de "significativamente inferior" —según la evaluación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)— a "excelente", los programas deben enfocarse en un objetivo: mejorar las técnicas de enseñanza, más que sus contenidos.
Ésa es una de las ocho conclusiones a las que llega el Informe McKinsey, una investigación que busca comprender por qué un grupo importante de sistemas educativos, a pesar de sus diferencias sociales y culturales (desde Canadá a Nueva Zelanda, o desde Inglaterra a Singapur), han alcanzado altos estándares de calidad en los aprendizajes de sus alumnos.
El estudio fue publicado en noviembre pasado y, aunque en éste no se incluye a México como uno de los países o de las comunidades evaluadas, su análisis toma datos del Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) de la OCDE, y el panorama es desalentador.
En este estudio hay cinco niveles: "pobre", "aceptable", "bueno", "muy bueno" y "excelente"; México está situado en la zona alta del quinto nivel calificado como "pobre", apenas por encima de Algeria, Botsuana o El Salvador.
Ese resultado se suma a la evaluación publicada este martes por la OCDE: de 65 países o economías evaluadas, México obtuvo el lugar 48, apenas por debajo de Eslovenia, Croacia, Turquía o Serbia.
Cómo llegar a ser excelentes
La consultora estadounidense McKinsey & Company ha publicado dos informes sobre la educación mundial: ¿Qué tienen en común los mejores sistemas educativos del mundo? y ¿Cómo continúan mejorando los mejores? Éste último centra ocho propuestas, de las cuales México podría tomar nota.
Entre los puntos importantes se destaca la estabilidad del sistema y la reducción en las diferencias entre aulas y escuelas, enfocándose en iniciativas muy centralizadas, como la de convertir a las escuelas en organizaciones de aprendizaje.
"Los sistemas que mejoran generalmente dedican más actividades a mejorar cómo enseñar que a cambiar el contenido de lo que se enseña", menciona el reporte.
Esto se complementa con una formación para fortalecer las capacidades de enseñar de los profesores y de gestionar de los directores; evaluar a los alumnos, mejorar la información del sistema, facilitar las mejoras por medio de la introducción de políticas y leyes en educación; revisión del currículum y los estándares y asegurar la estructura de remuneración y reconocimiento adecuado para los profesores y directores.
De acuerdo al informe, el factor más importante no es el sistema o el gasto por alumno, sino la calidad de los maestros. McKinsey destaca que los países con mejores maestros no son los que más le pagan, sino donde mayor aprecio y valor social tienen.
De acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación 2011, el gobierno mexicano destinará poco más de 230,360 millones de pesos a la Secretaría de Educación Pública. Datos publicados en septiembre de 2010 por la encuestadora Demotecnia, los maestros obtuvieron la mayoría de las opiniones a favor con un balance positivo entre los actores sociales, al igual que los consejeros del Instituto Federal Electoral, los del Banco de México y los empresarios en general.
Por último, los países que avanzan hacen tres cosas: cambian su estructura, estableciendo nuevos tipos de colegios y modificando los años escolares; cambian sus recursos, añadiendo más personal o incrementando el gasto por alumno; y cambian sus procesos, modificando el currículum y la forma en que los profesores enseñan, consignó el informe McKinsey.
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