CNN
Mientras algunas personas luchan por sobrevivir a las estresantes reuniones familiares en las fiestas decembrinas, varios adultos mayores sí gozan de sus relaciones. ¿Cuál es su secreto?
Las hermanas Liz Clift Ramirez, de 65 años, y Vicki Ramirez, de 63, aprendieron un par de cosas que les han permitido disfrutarse más.
Liz dice que solían pelear mucho cuando eran jóvenes en Memphis, Tennessee, pero ahora, en sus 'años dorados', son muy cercanas, y ella se lo atribuye al poder del perdón.
Las hermanas Liz Clift Ramirez, de 65 años, y Vicki Ramirez, de 63, aprendieron un par de cosas que les han permitido disfrutarse más.
Liz dice que solían pelear mucho cuando eran jóvenes en Memphis, Tennessee, pero ahora, en sus 'años dorados', son muy cercanas, y ella se lo atribuye al poder del perdón.
“Creo que es más fácil que las personas mayores perdonen porque se dieron cuenta de que la vida no es eterna”, dice. “La vida es muy corta como para alejarte, ya sea por amargura o por orgullo”.
Esta actitud de perdón es lo que ayuda a que los años dorados sean verdaderamente de oro, según una investigación de la Universidad Purdue, y podría explicar por qué los adultos mayores tienen mejores matrimonios, amistades de más apoyo y menos conflictos con sus hijos o parientes, en comparación con las personas más jóvenes.
Además, el perdón puede ser bueno para la salud mental y física.
La doctora Katherine Piderman, capellán de la Clínica Mayo, escribe en el sitio web de la clínica que “dejar ir” puede reducir el estrés y la hostilidad, disminuir la presión sanguínea, reducir los síntomas de depresión, ansiedad y dolor crónico e incluso puede reducir el riesgo de abusar del alcohol o de otras sustancias.
¿Quién no querría todo esto durante las fiestas?
Piderman dice que puedes perdonar a una persona sin justificar el acto, pues creará cierta paz que te ayudará a seguir adelante con tu vida.
Practica el perdón
Recientemente, Liz y Vicki condujeron a Irlanda en un viaje de vacaciones, y experimentaron un momento de perdón. Se perdieron y pasaron todo un día intentando encontrar el camino de vuelta al hotel.
“Para ese momento mi hermana tenía un dolor de cabeza y estaba enojada conmigo por habernos perdido y porque yo había destruido sus vacaciones”, dice Liz, ahora residente de Georgia y artista gráfica retirada.
La mañana siguiente, Vicki se disculpó por su berrinche. Liz la perdonó rápidamente, y siguieron disfrutando de sus vacaciones. Liz es profesora de historia en Carolina del Norte.
Durante su viaje a Irlanda, Liz dijo que se sintió herida por la forma en la que su hermana había arruinado todo, pero sintió que lo mejor era perdonar a Vicki y olvidar el hecho, porque los sentimientos de enojo no mejorarían sus vacaciones lejos de Estados Unidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario