Al cumplirse un año del último ataque en su contra, la presidenta municipal de Tiquicheo, Michoacán, muestra sus cicatrices en torso y espalda
MORELIA, México.-La alcaldesa del municipio mexicano de Tiquicheo, María Santos Gorrostieta, que ha sufrido tres feroces atentados, mostró hoy fotografías de su torso y espalda con cicatrices y huellas de balazos, en un mensaje en el que explica por qué continúa en el cargo.
"Quise mostrarles mi cuerpo herido, mutilado, vejado, porque no me avergüenzo de él, porque es el resultado de grandes desgracias
que han marcado mi vida (...) es testimonio vivo de que soy una mujer con fuerza y entereza, de que a pesar de mis heridas físicas y
mentales, sigo de pie", dijo la alcaldesa en un mensaje al cumplirse un año del último atentado.
Gorrostieta, quien en el segundo atentado perdió a su esposo, José Sánchez, es presidenta municipal de Tiquicheo, en el sureño estado de Michoacán, asolado por la violencia de los carteles de la droga, entre ellos la sanguinaria Familia Michoacana.
Por esta espiral de violencia en varios estados del país, diecisiete alcaldes han sido asesinados desde 2010, tres de ellos en lo que va de este año.
Pese a los ataques que sufrió, se supone que perpetrados por el crimen organizado, Gorrostieta, madre de tres hijos, ha decidido mantenerse al frente de la alcaldía de Tiquicheo porque dice que quiere cumplir su responsabilidad con su pueblo, "con los niños, las mujeres, los ancianos y los hombres que se parten el alma todos los días sin descanso, para procurar un pedazo de pan para sus hijos".
"La fuerza interna que me ha movido para levantarme aún moribunda, ha servido para demostrar y hacer palpable el gran compromiso que tengo con mis ideas", afirma Gorrostieta en su mensaje escrito en el más reciente número de la revista Contacto
Ciudadano que publica el municipio.
En esa misma revista aparecen tres fotografías en las que la alcaldesa muestra las cicatrices en su pecho y espalda, y una colostomía.
Afirmó que en otra época de su vida tal vez hubiera renunciado a su cargo, "pero ahora, no, no es posible que yo claudique cuando
tengo 3 hijos, a los cuales tengo que educar con el ejemplo, además del recuerdo que poseo del hombre de mi vida, del padre de mis
pequeños".
"Es cierto que se me ha atacado física y moralmente, en mi cuerpo se palpan aún las heridas de las balas y del descrédito de algunos que dudan de mi cuerpo mutilado, lucho día a día para que de mi mente se borren las imágenes de horror que he vivido", señaló.
"Equivocadamente muchas personas han dudado de la severidad de mis lesiones, hoy la prueba está en sus manos, mi cuerpo mutilado habla por sí solo", apuntó.
Michoacán, donde hay cultivos ilícitos de marihuana y amapola, es uno de los estados donde los carteles de la droga libran una guerra por el control de la región, donde además llegan a sus costas del Pacífico cargamentos de cocaína desde Suramérica y de precursores químicos para fabricar drogas sintéticas desde Asia.
La Familia Michoacana, una organización violenta que ha retado al Gobierno federal asesinando a varios agentes, sufrió un fuerte golpe con la muerte de su líder Nazario Moreno, "El Chayo", en un tiroteo con fuerzas federales.
La Familia Michoacana declaró a principios de este año, mediante mensajes anónimos, que decretaba una tregua. Este lunes han aparecido mensajes similares en los que asegura que se disolverá como grupo, versión que no ha sido confirmada por las autoridades.
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