Mientras los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Verde Ecologista de México (PVEM) afirman que la ruptura de su coalición con el Partido Nueva Alianza (Panal) no los afectará en las elecciones presidenciales de julio, este último sostiene que el bloque tendrá menos “competitividad” y analistas estiman que la pérdida puede representar entre el 1% y el 2% de la votación.
Con la salida del Panal, la alianza dejó ir la imagen de “una coalición ganadora”, dijo a CNNMéxico este lunes Luis Castro Obregón, dirigente del partido, tres días después de que las tres fuerzas políticas informaran que, “de común acuerdo”, decidieron que Nueva Alianza abandonara el bloque.
La coalición, firmada a finales de noviembre, había causado molestia entre militantes priistas de más de 10 estados, que se declaraban inconformes con el reparto de candidaturas al Congreso al PVEM y al Panal. Uno de los priistas que protestó fue el senador Francisco Labastida, quien fue abanderado a la presidencia en el 2000.
Tras la ruptura con el Panal, el virtual candidato presidencial del PRI y del PVEM, Enrique Peña Nieto, negó que el hecho fuera a afectarlos en la contienda, en la que aparece como el competidor mejor ubicado en las encuestas de preferencia.
El senador Arturo Escobar, vocero del PVEM, se manifestó en el mismo sentido, bajo el argumento de que Peña Nieto “es un hombre que está muy por encima de los partidos” y tiene una ventaja suficiente para ganar en julio.
“La salida de Nueva Alianza es triste, somos amigos, pero se dio en los mejores términos”, dijo Escobar a CNNMéxico. “Nosotros vamos con todo con el PRI; no somos aliados coyunturales, somos aliados totales”.
Castro, sin embargo, afirma que la ruptura sí tendrá consecuencias.
“(El PRI) perdió una posibilidad de modernización y de cambio”, dijo. Agregó que Peña Nieto era partidario de la coalición con el Panal, pero optó por dar prioridad a “la unidad” del priismo.
El Panal fue fundado en 2005 con la participación de la dirigente del sindicato de maestros, Elba Esther Gordillo. Hasta ahora ha participado en dos elecciones federales: las de 2006, cuando se renovaron la Presidencia y el Congreso, y las de 2009, legislativas.
Durante las primeras consiguió el 0.96% de los votos para presidente, el 4.05% para el Senado y el 4.54% para la Cámara de Diputados. En las segundas obtuvo el 3.42% de los sufragios, de acuerdo con cifras del Instituto Federal Electoral (IFE).
Según Castro, dada su “votación histórica”, el Panal pudo haber aportado entre el 3.5% y el 4.5% de la votación al bloque PRI-PVEM. Tras su salida de la coalición, Nueva Alianza competirá con su propio candidato presidencial, que dará a conocer entre el 19 y el 22 de febrero.
Una medida de costos y beneficios
Para los analistas Ricardo Raphael y Sabino Bastidas, el porcentaje de votos que puede costar al PRI y al PVEM la ruptura con el Panal oscila entre el 1% y el 2%, una cantidad que puede cobrar importancia si la competencia se cierra pero que, consideraron, no tendrá mayor impacto si las tendencias electorales se mantienen como hasta ahora.
“Es una pérdida, pero no es una pérdida mayor… (pero) si las cosas se cierran, el PRI claramente extrañará ese 1% o 2%”, dijo Bastidas, exdirector de la Fundación Colosio, una organización creada por el PRI en la década de 1990.
Raphael, académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), documentó en su libro Los socios de Elba Esther (2007) que la dirigente del sindicato de maestros ofreció a Felipe Calderón, entonces candidato presidencial del Partido Acción Nacional (PAN), apoyo electoral equivalente a 500,000 votos. El investigador aclaró que no tiene pruebas de que Gordillo en realidad haya aportado esos sufragios a la campaña panista.
El año pasado, Gordillo dijo que en esos comicios estableció un “arreglo político” con Calderón para respaldar su candidatura, a cambio de cargos públicos para integrantes de su grupo.
Bastidas y Raphael coincidieron en que, más allá del “costo electoral”, la ruptura con el Panal puede beneficiar a Peña Nieto y al PRI porque dejarán de ser relacionados con Gordillo, quien carece de popularidad porque se le vincula a irregularidades en el manejo de recursos y los problemas del sistema educativo.
“El PRI pagó un costo de ir con La Maestra (como se conoce a Gordillo), que tiene un déficit frente a la opinión pública”, dijo Bastidas. “(Ahora) el PRI irá más cómodo en un tema sensible para la gente, la educación”.
El PRI es el partido más antiguo de México y el mejor posicionado de cara a los comicios de julio, en los que busca recuperar la Presidencia que perdió en el 2000 frente al PAN.
Con la salida del Panal, la alianza dejó ir la imagen de “una coalición ganadora”, dijo a CNNMéxico este lunes Luis Castro Obregón, dirigente del partido, tres días después de que las tres fuerzas políticas informaran que, “de común acuerdo”, decidieron que Nueva Alianza abandonara el bloque.
La coalición, firmada a finales de noviembre, había causado molestia entre militantes priistas de más de 10 estados, que se declaraban inconformes con el reparto de candidaturas al Congreso al PVEM y al Panal. Uno de los priistas que protestó fue el senador Francisco Labastida, quien fue abanderado a la presidencia en el 2000.
Tras la ruptura con el Panal, el virtual candidato presidencial del PRI y del PVEM, Enrique Peña Nieto, negó que el hecho fuera a afectarlos en la contienda, en la que aparece como el competidor mejor ubicado en las encuestas de preferencia.
El senador Arturo Escobar, vocero del PVEM, se manifestó en el mismo sentido, bajo el argumento de que Peña Nieto “es un hombre que está muy por encima de los partidos” y tiene una ventaja suficiente para ganar en julio.
“La salida de Nueva Alianza es triste, somos amigos, pero se dio en los mejores términos”, dijo Escobar a CNNMéxico. “Nosotros vamos con todo con el PRI; no somos aliados coyunturales, somos aliados totales”.
Castro, sin embargo, afirma que la ruptura sí tendrá consecuencias.
“(El PRI) perdió una posibilidad de modernización y de cambio”, dijo. Agregó que Peña Nieto era partidario de la coalición con el Panal, pero optó por dar prioridad a “la unidad” del priismo.
El Panal fue fundado en 2005 con la participación de la dirigente del sindicato de maestros, Elba Esther Gordillo. Hasta ahora ha participado en dos elecciones federales: las de 2006, cuando se renovaron la Presidencia y el Congreso, y las de 2009, legislativas.
Durante las primeras consiguió el 0.96% de los votos para presidente, el 4.05% para el Senado y el 4.54% para la Cámara de Diputados. En las segundas obtuvo el 3.42% de los sufragios, de acuerdo con cifras del Instituto Federal Electoral (IFE).
Según Castro, dada su “votación histórica”, el Panal pudo haber aportado entre el 3.5% y el 4.5% de la votación al bloque PRI-PVEM. Tras su salida de la coalición, Nueva Alianza competirá con su propio candidato presidencial, que dará a conocer entre el 19 y el 22 de febrero.
Una medida de costos y beneficios
Para los analistas Ricardo Raphael y Sabino Bastidas, el porcentaje de votos que puede costar al PRI y al PVEM la ruptura con el Panal oscila entre el 1% y el 2%, una cantidad que puede cobrar importancia si la competencia se cierra pero que, consideraron, no tendrá mayor impacto si las tendencias electorales se mantienen como hasta ahora.
“Es una pérdida, pero no es una pérdida mayor… (pero) si las cosas se cierran, el PRI claramente extrañará ese 1% o 2%”, dijo Bastidas, exdirector de la Fundación Colosio, una organización creada por el PRI en la década de 1990.
Raphael, académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), documentó en su libro Los socios de Elba Esther (2007) que la dirigente del sindicato de maestros ofreció a Felipe Calderón, entonces candidato presidencial del Partido Acción Nacional (PAN), apoyo electoral equivalente a 500,000 votos. El investigador aclaró que no tiene pruebas de que Gordillo en realidad haya aportado esos sufragios a la campaña panista.
El año pasado, Gordillo dijo que en esos comicios estableció un “arreglo político” con Calderón para respaldar su candidatura, a cambio de cargos públicos para integrantes de su grupo.
Bastidas y Raphael coincidieron en que, más allá del “costo electoral”, la ruptura con el Panal puede beneficiar a Peña Nieto y al PRI porque dejarán de ser relacionados con Gordillo, quien carece de popularidad porque se le vincula a irregularidades en el manejo de recursos y los problemas del sistema educativo.
“El PRI pagó un costo de ir con La Maestra (como se conoce a Gordillo), que tiene un déficit frente a la opinión pública”, dijo Bastidas. “(Ahora) el PRI irá más cómodo en un tema sensible para la gente, la educación”.
El PRI es el partido más antiguo de México y el mejor posicionado de cara a los comicios de julio, en los que busca recuperar la Presidencia que perdió en el 2000 frente al PAN.
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