Noticieros Televisa
GUATEMALA, Guatemala, mar. 24, 2009.- Llegó a Guatemala hace cuatro años contratado por una agencia de publicidad para que se integrara al equipo de creativos gráficos. Pero las condiciones económicas del país lo llevaron a principios del año pasado a quedar sin empleo.
Adoptó a Guatemala como su segundo país donde ha vivido una pesadilla que surgió por su imposibilidad de cancelar la renta de departamento donde residía al sur de la ciudad capital.
Esa deuda llevó a Ulliger Islas Ramírez hasta la cárcel. Un ardid preparado por los abogados del propietario del inmueble que habitaba hasta el día en que fue encarcelado, una maraña legal en la que participaron además de tres abogados, agentes de la Dirección de Investigaciones de la Policía Nacional Civil, personal del Ministerio Público y de los tribunales de justicia, a quienes Islas Ramírez señala de conformar un grupo paralelo del crimen organizado.
Teme por su vida por ello le ha solicitado al gobierno del presidente Álvaro Colom las garantías que le permitan preservar su vida al momento de retornar a Guatemala dispuesto a desenmascarar esta red criminal.
Una petición que extendió a la Comisión Internacional Contra la Impunidad -CICIG-, un ente coordinado por la Organización de las Naciones Unidas y a la Procuraduría de los Derechos Humanos, para que su caso sea elevado a las más altas esferas de la investigación penal.
No sólo debió permanecer por más de sesenta días en prisión, además le fueron robadas todas sus pertenencias entre vehículo, computadoras y enseres personales, que en resumen dice tienen un costo que alcanza los treinta mil dólares.
Reflejando en su rostro el temor por las represalias Ulliger Islas Ramírez, originario del estado de Hidalgo, relató a Noticieros Televisa la odisea que vivió desde el 19 de noviembre del año pasado, el día en que fue detenido por los agentes de investigaciones de la policía guatemalteca.
Explica que semanas antes de su captura los abogados del propietario del inmueble que habitaba desde el 2005 le fijaron un plazo de diez días para que abandonara su domicilio. Aún cuando las leyes del país lo amparaba para que se agotara la instancia civil aceptó hacerlo pero no tan pronto, reconociendo la deuda contraída.
Al medio día del miércoles 19, dos días antes de alcanzar los treinta y uno años de edad, los abogados a través de la vía telefónica lo convocaron a una reunión en un café distante a trescientos metros del departamento donde residía, el motivo presentarle una propuesta de pago y la calendarización para el desalojo del inmueble.
Estaba por llegar al establecimiento comercial cuando fue sorprendido por tres agentes de la autoridad vestidos de particular, luego de identificarlo le comunicaron que existía una denuncia en su contra supuestamente por incitar a una menor al consumo de drogas.
Luego de registrarlo uno de los policías le colocó droga en el bolsillo derecho de la chamarra que llevaba puesta en ese noviembre frío. Por ello fue detenido y presentado a un tribunal de turno de la capital y para lograr su libertad fue llevado a que admitiera un proceso abreviado, aún sabiendo que saldría de la prisión aceptando un delito que nunca cometió, fue dejado en libertad a finales de enero pasado luego por resolución de la Juez Octavo de Primera Instancia Penal de Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente, que lo condenó por llevar supuestamente tres gramos de cocaína, la que le sembraron, según dice, los agentes de la autoridad, el otro delito nunca pudo ser probado.
No le permitieron defenderse y el abogado de la Defensoría Pública que le fue asignado para el momento de su primera declaración después de su captura, hizo poco por ayudarlo, allí empezó el calvario. Ha sido un infierno lo que he vivido en Guatemala, al igual lo ha sido para mi familia que debió permanecer en Guatemala durante tres meses, señala el ciudadano mexicano.
"En los tribunales nunca se pudo demostrar la veracidad de la denuncia, no tomaron en cuenta los reportes que extendieron las procuradurías generales del estado de Hidalgo y de la Federal donde se hace constar que no cuento con record criminal en México... Fue una confabulación que por un atraso en el pago de la renta me llevó hasta la cárcel, es un entramado que involucra a una poderosa red", dijo el ciudadano mexicano.
Islas Ramírez dijo que hizo la denuncia para que las autoridades investiguen profundamente las operaciones de esta organización criminal y para que de esa manera al ser descubiertos evitar que nuevas víctimas lleguen a sus redes.
Añadió que cuenta con los nombres de quienes participaron en la fabricación de las pruebas y destacó que en su momento lo hará público.
Reiteró estar dispuesto a desenmascarar a los integrantes de este grupo paralelo del crimen organizado.
Adoptó a Guatemala como su segundo país donde ha vivido una pesadilla que surgió por su imposibilidad de cancelar la renta de departamento donde residía al sur de la ciudad capital.
Esa deuda llevó a Ulliger Islas Ramírez hasta la cárcel. Un ardid preparado por los abogados del propietario del inmueble que habitaba hasta el día en que fue encarcelado, una maraña legal en la que participaron además de tres abogados, agentes de la Dirección de Investigaciones de la Policía Nacional Civil, personal del Ministerio Público y de los tribunales de justicia, a quienes Islas Ramírez señala de conformar un grupo paralelo del crimen organizado.
Teme por su vida por ello le ha solicitado al gobierno del presidente Álvaro Colom las garantías que le permitan preservar su vida al momento de retornar a Guatemala dispuesto a desenmascarar esta red criminal.
Una petición que extendió a la Comisión Internacional Contra la Impunidad -CICIG-, un ente coordinado por la Organización de las Naciones Unidas y a la Procuraduría de los Derechos Humanos, para que su caso sea elevado a las más altas esferas de la investigación penal.
No sólo debió permanecer por más de sesenta días en prisión, además le fueron robadas todas sus pertenencias entre vehículo, computadoras y enseres personales, que en resumen dice tienen un costo que alcanza los treinta mil dólares.
Reflejando en su rostro el temor por las represalias Ulliger Islas Ramírez, originario del estado de Hidalgo, relató a Noticieros Televisa la odisea que vivió desde el 19 de noviembre del año pasado, el día en que fue detenido por los agentes de investigaciones de la policía guatemalteca.
Explica que semanas antes de su captura los abogados del propietario del inmueble que habitaba desde el 2005 le fijaron un plazo de diez días para que abandonara su domicilio. Aún cuando las leyes del país lo amparaba para que se agotara la instancia civil aceptó hacerlo pero no tan pronto, reconociendo la deuda contraída.
Al medio día del miércoles 19, dos días antes de alcanzar los treinta y uno años de edad, los abogados a través de la vía telefónica lo convocaron a una reunión en un café distante a trescientos metros del departamento donde residía, el motivo presentarle una propuesta de pago y la calendarización para el desalojo del inmueble.
Estaba por llegar al establecimiento comercial cuando fue sorprendido por tres agentes de la autoridad vestidos de particular, luego de identificarlo le comunicaron que existía una denuncia en su contra supuestamente por incitar a una menor al consumo de drogas.
Luego de registrarlo uno de los policías le colocó droga en el bolsillo derecho de la chamarra que llevaba puesta en ese noviembre frío. Por ello fue detenido y presentado a un tribunal de turno de la capital y para lograr su libertad fue llevado a que admitiera un proceso abreviado, aún sabiendo que saldría de la prisión aceptando un delito que nunca cometió, fue dejado en libertad a finales de enero pasado luego por resolución de la Juez Octavo de Primera Instancia Penal de Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente, que lo condenó por llevar supuestamente tres gramos de cocaína, la que le sembraron, según dice, los agentes de la autoridad, el otro delito nunca pudo ser probado.
No le permitieron defenderse y el abogado de la Defensoría Pública que le fue asignado para el momento de su primera declaración después de su captura, hizo poco por ayudarlo, allí empezó el calvario. Ha sido un infierno lo que he vivido en Guatemala, al igual lo ha sido para mi familia que debió permanecer en Guatemala durante tres meses, señala el ciudadano mexicano.
"En los tribunales nunca se pudo demostrar la veracidad de la denuncia, no tomaron en cuenta los reportes que extendieron las procuradurías generales del estado de Hidalgo y de la Federal donde se hace constar que no cuento con record criminal en México... Fue una confabulación que por un atraso en el pago de la renta me llevó hasta la cárcel, es un entramado que involucra a una poderosa red", dijo el ciudadano mexicano.
Islas Ramírez dijo que hizo la denuncia para que las autoridades investiguen profundamente las operaciones de esta organización criminal y para que de esa manera al ser descubiertos evitar que nuevas víctimas lleguen a sus redes.
Añadió que cuenta con los nombres de quienes participaron en la fabricación de las pruebas y destacó que en su momento lo hará público.
Reiteró estar dispuesto a desenmascarar a los integrantes de este grupo paralelo del crimen organizado.
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